Monday, March 23, 2009

Into the wild

Dejarlo todo. Apartar las cosas y enfrentarnos con nosotros mismos. Seguramente es algo que todos necesitamos alguna vez. Dejar los juegos de artificio, abandonar las convenciones, hacer oídos sordos a aquellos que nos dicen qué somos o qué debemos hacer, cuestionar el camino trazado y caminar por vías secundarias.
Viajar tiene mucho de todo eso. Entonces, uno no se hace fuerte, sino que se siente fuerte, independiente, propio. Mira entonces sus manos, dentro de uno mismo, se hace muchas preguntas que nunca se había realizado y, también, responde muchas para las que hasta entonces no hallaba solución. Quizá es entonces cuando llegamos a saber quiénes somos, y comprendemos que la felicidad no existe si no se comparte con otros.

Tuesday, March 17, 2009

La vida con todo su color

Como somos luces y sombras, y sin sombras no hay luz, he aquí este post.
Bacon y el tiempo nos devora. Pero lo vivido siempre queda con nosotros. El pasado es el equipaje eterno: así que más nos vale llevarnos bien con el, cargarlo de buenas experiencias y de recuerdos que merezcan la pena. Siempre, en esa mochila que llevamos a nuestras espaldas, está la infancia. Cuando nuestros padres eran incuestionables, eran perfectos, era únicos. También nosotros lo éramos: el mundo tenía aspecto de guiñol y "nuestros pies no tocaban el suelo". Lo imposible estaba prohibido, porque todo era posible. Confieso que, aún hoy, tengo cinco minutos diarios en que creo que nada ha cambiado.

Thursday, March 05, 2009

Bacon


Las pinturas de Bacon no dejan indiferente. Pasearse por una de sus exposiciones es como recorrer los acantilados de la vida. Sus figuras se estremecen, se desintegran, sus colores y sus pinceladas se desintegran. Sus personajes están atravesados por algo que nos hace hombres, que nos hace iguales, que nos une para siempre: el paso del tiempo, nuestro deambular hacia la muerte.

Lo que somos no tiene nada que ver con lo que creemos que somos. Mucho menos con aquellos que los demás creen que somos. Todos escondemos un miedo que nos anima, un mundo que nos lanza contra nuestros planes, nuestros proyectos y, lo más triste, contra unos sueños que quedan rotos. Y sonando de fondo, cual música de supermercado, el tiempo que se acaba. Mientras tanto, nos levantamos día tras día, nos agarramos a la silla de lo cotidiano y gritamos ante lo que vemos ante nosotros.

Tú, lector, puedes pensar que hay muchos motivos por los que sonreir en la vida. Puede que estés en lo cierto. Pero nada, comprendelo, nada, puede evitar que, mientras que yo escribo y tú lees, todos caminemos hacia el final mientras nuestro aullido se pierde en la raya eterna del tiempo.