Friday, November 06, 2009

Soluciones para la corrupción política


Caso Gürtel, Palacio de la Música de Barcelona, Santa Coloma... ¿de verdad alguien se cree que todo lo que aparece en la prensa, todo lo que llega al juzgado, es la corrupción real de este país? El "forrarse político" tiene mucho que ver con la corrupción urbanística. Y a nadie se le escapa que un edificio no es un guijarro en el camino: centros comerciales que crecen como setas en nuestras narices, pueblos de la costa y del interior macizados hasta perder el suelo del término municipal... y todos miramos para otro lado. Pero es que además de, digamos, ese 5 por 100 de las barbaridades que llegan a los juzgados... ¿cuántos obtienen realmente condena? ¿Digamos que un 2 por 100? Siempre es más fácil declarar culpable a alguien que roba un pollo para comer que al que se forra a costa del ladrillo o de la gestión pública: por quién es y por el carácter del delito. ¿Y encima se nos quiere hacer creer que toda la mierda que vemos es la mierda que hay? Por cierto, mierda nunca convenientemente limpiada, porque a pesar del forrarse y cargarse el medio ambiente y el patrimonio ambiental, aquí nadie devuelve un duro ni tira un edificio.

El problema es más serio de lo que parece. La clase política tiene un papel clave en todo esto. Su descrédito es absoluto. Ni un sólo líder se acerca, ni de lejos, al aprobado. Obviamente, todo golpea un sistema que, en la teoría, puede ser el mejor posible; pero que en la práctica no funciona porque, sencillamente, es una ficción y no existe. Pero, ¿y nosotros queridos lectores? ¿qué pensamos cuando la marea (o mierda) de la crisis empieza a llegarnos a la cintura? El otro día leí una solución propuesta por alguien para castigar a todos los políticos implicados en estas cuestiones. Ahí queda:


"Queremos que estos señores sean condenados a encontrar un trabajo, cobrar 1.000 Euros y llegar a fin de mes"