Eeeeeeeeeeeeeefectivamente. "Donde fueres, haz lo que vieres". Y eso hicimos: con el verano y el buen tiempo, parece que es típico en la cultura americana salir al parque y "dominguear" al calor entrañable de las más variadas grasas y sus todavía más variados tufillos.
Eso hicimos el domingo pasado. Perdón por la desactualización, pero Julia y Raquel han tardado en enviarme las fotos (bueno, también ha sido dejadez mía). Sobre esta última supongo que los fieles -y entrañables- lectores del blog supondrán ya quién es: sí, la chica que se "coló" en el blog, que estaba en Ann Arbor con su novio (Álvaro)... Quedamos poco antes del mítico evento dominguero y nos conocimos: todo un prodigio del universo cibernético (o como se diga) conocer a estos dos gallegos.
En fin, creo que lo pasamos bien. Nos cebamos de lo lindo. Y el parque era de ensueño: era una isla en mitad del río Huron, con una barbacoa a nuestra disposición para cocinar las viandas, las salchichillas... y patos y gansos por todos lados. Sin embargo, nos estaba prohibido hacer dos cosas: 1) dar de comer a los patos; 2) beber alcohol en el exterior. Ni que decir tiene que no tuvimos inconveniente en cumplir religiosamente la primera regla, y en subvertir la segunda. La revolución se hace también desde un parque de Estados Unidos, desde abajo, con la protesta individual y el testimonio aventurero de cruzar la legalidad establecida. Al final, la barbacoa dominguera se convirtió en una lucha por las libertades del ser humano...
3 comments:
Hay que ver, tienes momentos míticos y entrañables a tu alrededor estés en el lado del charco que estés.
Si, la barbacoa estuvo bien, pero el pato asado sobraba...
Que bien! Por fin leo el famoso blog de bobby...
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