Thursday, January 31, 2008

Niños de la guerra

Intentaré ser breve pues quizá últimamente me alargo con los post, y seguro que os aburro.
Ayer tuvimos la oportunidad de ver el documental 'La generación del Gernica'. En él se hablaba de todos los niños republicanos que, ante el peligro de la Guerra Civil, los bombardeos de las ciudades y los avances de las tropas franquistas, fueron enviados al extranjero por sus padres. Aparecían sus propios testimonios, muchos años después. Contaban cómo sus familias tomaron la decisión de separarlos de ellos, cómo fueron esas despedidas en las estaciones, en los puertos, cómo algunos de sus padres se arrepentían en el último momento y, llorando y gritando, trataban de alcanzarlos por los andenes, desesperados. Hablaban de cómo fue el viaje, la llegada, la acogida en países extraños y, por supuesto, el resto de su vida. Marcharon a México, a Inglaterra, Bélgica y a la Unión Soviética. Las imágenes eran desgarradoras. Muchos hablaban con acento mexicano o inglés. Era el caso de Herminio Martínez.

Herminio Martínez estuvo ayer, en vivo, con nosotros. Contó su experiencia. El niño, ya anciano, todavía se emocionaba al relatar lo que había vivido, cómo se sentía. Según confesaba, al llegar a Inglaterra el gobierno inglés no los quería, por miedo a indisponerse con Alemania. Fueron ayudados por familias y asociaciones. Emprendió su vida por estas tierras, formando una familia con una mujer suiza. Escogió la profesión de maestro: tal vez por ver la importancia de saber leer y escribir. Recordaba cómo sus padres, vascos, eran analfabetos; sin embargo, a los 3 años él pudo estudiar en una escuela gratuita fundada por la República. Cuando salió de España tenía tan sólo 7 años, pero ya sabía leer y escribir. Herminio hablaba de este hecho como uno de los más fundamentales de su vida. Quizá esa era la verdadera revolución de la República de la que nunca hablaría el franquismo.

Al terminar la guerra civil, su familia lo reclamó. Recibió una notificación con la firma de su padre para que regresase a España. La Cruz Roja, que tramitaba las extradiciones, se opuso. Según supo al reencontrarse con su madre más de 20 años después, no fue su familia quien lo reclamó. Su padre se encontraba en prisión, y su madre se deshacía en dar de comer a cinco hijos, no pudiendo mantenerlo. También supo que las autoridades franquistas trataron de forzar a sus padres para que lo reclamasen. Finalmente, falsificaron sus firmas pero la Cruz Roja impidió su regreso.

Todavía hoy Herminio y sus amigos, los otros 'niños de la guerra', se reúnen en el centro social de mayores en Camden Town (Londres). Para él y los suyos no importa ser españoles o ingleses, pues su experiencia les había hecho volar por encima de las fronteras. Hablaba español con acento inglés, pero guardaba la personalidad de un español común, extrovertido. Herminio tenía el aspecto de ese hombre común, cotidiano pero heroico, que construye el mundo en el día a día, desde abajo, y que parece no darle importancia a la pérdida de una infancia y de unos sueños que se vio forzado a cambiar.

9 comments:

Anonymous said...

cuando nos quejamos o tenemos los coj... de decir que nos aburrimos o no sabemos qué hacer con nuestra vida, se nos olvidan las grandes lecciones que nos dan gente como Herminio... la sociedad actual anestesia y hace carajotes analfabetos... no sabemos apreciar que es vivir en democracia, con nuestra familia, sea como sea, y con opciones y posibilidades de elección... realmente nos hacemos infelices a nosotros mismos por ignorancia histórica y no saber mirar más allá de nuestros ombligos...

Fernando Velásquez said...

tú escribe, que de aburrirnos nada.

Anonymous said...

un brindis por los supervivientes de cada naufragio... toda una lección... abraos.

Dr J.

N said...

¿Y este era el post breve? jaja.
Sin problema, la historia que se sale de lo oficial, que no está en los libros de texto ni se resume en cifras es fundamental. Gracias por acercárnosla.

Anonymous said...

Hace relativamente poco, intentando cambiar de pelicula a los enanos les puse peter pan 2, al principio de la película se ve Londres durante los bombardeos alemanes y como las familias tenian que mandar a sus hijos a zonas alejadas de la ciudad, esperando que terminase la guerra para evitarles males mayores, la verdad es que en una película infantil me impresionó, otra película, hotel ruanda, una película fuerte, se ve al final en los campos de refugiados cientos de niños alejados de sus familias por la guerra, la guerra, siempre la guerra, los que no hemos conocido una, la vemos por la tele, películas, heroes, romanticismo, pero estamos muy equivocados, es muerte, destrucción, hambre, lo más vil que el hombre ha creado. Nada en la vida debe conducir a una guerra, pero está en la naturaleza del hombre, poder, envidias, por lo más mínimo, según la mitología en troya murieron miles de personas porque una mujer dejó a su marido por otro, unos cuernos que valieron la muerte de miles de inocentes, avaricia, odio, envidia
Los cuatro jinetes del apocalipsis describen muy bien lo que es una guerra, no, nada justifica el sufrimiento de los que de verdad nada tienen que ver, los que se encuentran enmedio, lo que pasó aquí en España, no solo en la guerra civil, sino en disputas desde los tartesos y lo malo, lo peor que puede pasar, es que como sigamos así, no hablo de nada en concreto, sino de la naturaleza humana, nos vemos como "han solo" dentro de siglos en el "halcon milenario" pegandonos tiros los unos a los otros.

Un saludo, anonimogr.

PD. si tus post son largos, por lo menos son interesantes y nos hacen reflexionar, pero lo que soy yo, de capacidad de sintesis poca, de tocho mucho.

Anonymous said...

tchssss... a Han Solo y al Halcón Milenario ni mentarlos... hablemos de la Estrella de la Muerte y del Imperio, pero no metamos a los libres (y contrabandistas) en ésto... jeje

me lo has puesto a huevo, anonymous

Anonymous said...

Migue,

Mira este enlace, me lo mandó una amiga mexicana, hija de una "niña de la guerra", el otro día

http://www.portaldelexilio.org/apl/EXP_NG_Contenidos.asp

Besos

Inés

El Cinéfilo Ignorante said...

Me ha gustado mucho cómo has contado la historia.

Carmina said...

¡¡Y yo en Zaragoza!! Menos mal que nos vemos pronto y me cuentas estas historias y otras en persona.
Me estoy acordando de las cervecillas/confidencias post-cena con Paul (léase Poooollhh). Tengo ganas de repetirlas ya, aunque sea sin Amy Winehouse ganaremos por lo menos en tapas, horarios y posibilidades.

Muy chula la historia, qué envidia... ¿Sabes quién se habría acercado más de dos y tres tardes al centro social ése, no?

¡AH! Y por cierto, nada de tener que disculparte por si el post el largo o corto, hombre. El que quiera que lo lea y el que no, que se ponga un marca páginas y lo lea a trozos o que pase y ya está. Personalmente no se me hacen nada largos. Así que a seguir