Tuesday, February 02, 2010

Préstamos



Siempre tiene que haber una primera vez. Hoy me ha tocado a mí.
Llegué temprano al banco. Tras los 15 minutos de rigor (las empleadas de banca también desayunan), nos sentamos en la mesa. Comenzaron las preguntas para valorar si el préstamo, no demasiado grande en cantidad, me era concecido. Preguntas que desarmaban mi actual vida: ingresos netos, propiedades, si vivo en casa de mis padres, si vivo de alquiler, si estoy casado, si tengo hijos, si tengo pensado formar una familia... Es como si, para evaluar tu vida, rellenases un formulario confesando todas estas cuestiones personales a cambio de un dinero con intereses.
Supongo que es el negocio bancario que, más en tiempos de crisis, radiografía lo que eres y quieres ser para no dar el patinazo. Pero es curioso cómo la "ideoneidad" para un préstamo quizá no coincida con la "idoneidad" que uno quiere para sí. Paradojas del hombre del siglo XXI.

1 comment:

polo said...

¿Era el banco o el gabinete psicológico? Qué interés tan gande en la vida de uno, ¿verdad?

¡Nacionalizacíón de la banca! ¡Culto a El Solitario! ¡Ley de hierro ante los beneficios de los banqueros!

Me ha salido el pronto revolucionario. ¡Que te sea leve!