Wednesday, December 26, 2007

La crisis del churro español



Volvamos, después de tanto tiempo, a la política. Hablemos del orto y ocaso del 'churro español'. O, mejor, granadino.

Esta mañana, lluviosa en Granada, pasaba por una cafetería que anunciaba 'churros'. Me ha entrado el antojo y, a pesar de las comilonas navideñas, me he dicho a mí mismo en mi dialecto granadino: 'qué pollas'. Ahí estaba yo, en la barra de la cafetería, con el 'Marca' entre mis manos, tan feliz...

-'Un café y una de churros, por favor'
-'Mmmm... no tenemos churros', contesta con fingida pena la camarera.

Salgo de la cafetería de Solarillo de Gracia, comprendiendo que esto de los antojos es algo profundo y serio, nada exclusivo de las mujeres embarazadas. Y empiezo a pensar, ¿dónde me puedo tomar unos churros como Dios manda? Lógicamente, en la zona de Bibrambla o en el Café Fútbol... pero tengo coche y llueve a mares. Sigo pensando, tratando de localizar un sitio donde pueda encontrar el mítico churro español. Y comprendo, con tristeza, que el churro español -y por ende, el granadino- está en crisis.

¿Dónde conseguir un churro? ¿dónde comprarlos calenticos y mojarlos -también calenticos- en una taza de café o chocolate? Apesadumbrado, conduzco hacia casa. El antojo prosigue. No me puedo quitar la idea de la cabeza: que si churros por allí, que si churros por allá... Culpo de la situación a la pérdida de los valores tradicionales, a la invasión americanizadora, a la globalización, a gobierno del PP en Granada, a la monarquía borbónica y, por supuesto, a mi admirado Manuel Chaves. Mientras tanto, el olorcillo grasiento del churro, del churro auténtico, genuino y entrañable, sigue en mi cabeza.

De pronto, mi salvación. Al final del Paseo de la Bomba veo un pequeño kiosko metálico... ¡una churrería! Aparco en doble fila (cuando uno viene a Granada adopta también el deporte municipal por excelencia). Pido un kilo de churros. Churros de los buenos, de esos con 'garra, con fuerza, con maña' (pobre José Luis Moreno, si los pudiese tomar). Pensando en algo en que contaros, queridos lectores, entablo conversación con la churrera: Josefa, más conocida en el barrio como Fina. Tan fina como los churros que hace, nada pesados y harto entrañables. La suya es una vida dedicada a los churros. Churreando desde hace 19 años. Pagando un alquiler abusivo al ayuntamiento, es dueña de una de las dos únicas churrerías que quedan en Granada capital. Y que churros Dios, que churros. La fuerza del churro está con ella: confía en seguir luchando contra el avance de los tiempos y mantener su negocio. A pesar de la mole del edificio que le están levantando a menos de dos metros... del que a buen seguro recibirá pronto quejas por sus humos aceiteros y churreros.

Fina, los churros y lo genuinamente español me han alegrado el día. Volví a casa. Y churros para todos: para mi gente... y también para la tierna parejilla (Benja y Eva) que habita en mi antiguo apartamento. Ahora, mientras escribo este post, bien acompañado por un litro de agua, decido escribir este alegato-manifiesto en pro del churro español, una de las mejores cosas que tenemos y que hay que reivindicar. Larga vida al churro y a su tradición. Sin dobles sentidos, ojo.

Saturday, December 22, 2007

Cosas por decir y hacer en cualquier parte


La noche terminó con el grito de guerra de nuestro amigo Javier. Justo antes, "El Cigala" había decidido dejar el bar de flamenco del madrileño barrio de Lavapiés donde nos encontrábamos. Acompañado-apoyado por/en unos amigos/empleados, había salido a empellones del bar. Roberto, Javier y yo volvimos a casa tomando la calle del Olivar. Atrás quedaba un día extremo.

Había tomado el autobús a las 7 de la mañana desde Granada. Iba a estar en Madrid algo más de 24 horas, pero sería suficiente. Ahora o nunca: ver a algunos de los amigos de Michigan merecía el sacrificio (y sus consecuencias). Al llegar a Madrid sobre el mediodía, no me pude contener: me pasé por un archivo y hasta me traje alguna documentación.

Javier me esperaba en Plaza de Castillla. Nada había cambiado. Los años no pasan por él. El mismo peinado, la misma barba bohemia, su chupa de cuero vintage, su mochila de las tardes de café y trabajo en Ann Arbor... y su inconfudible tabaco de liar. La nueva bufanda señalaba la entrada de alguien nuevo en su vida. Tuvimos toda la tarde para ponernos al día: primero unas rápidas cervezas, después el almuerzo con su madre, y por la tarde, la visita a la exposición de Paula Rego en el Reina Sofía. Siempre falta tiempo con Javier. Conversar con él es uno de los mayores placeres que uno puede encontrar. Te mira con sus ojos templados en casas ocupas, bares de Mallorca, sindicatos revolucionarios, poesía de Leopoldo Panero, años en Lavapiés y miles de lecturas de filósofos, literatos o poetas más o menos malditos.

Al rato nos encontramos con otros amigos suyos y, el que faltaba, Roberto. Acababa de aterrizar desde Michigan. Es un burgalés arrepentido de ser castellano, hace tiempo historiador y ahora no se sabe muy bien qué, dedicado al estudio del nacionalismo español. Es de esas personas que, tras una apariencia de normalidad, esconde una inteligencia que ni él mismo acaba de creerse, una integridad fuera de lo común y, por qué no decirlo, un gusto por el buen vivir y la buena compañía.

Disfrutamos esa noche. Pocas veces uno encuentra la oportunidad de hablar de las diferencias entre Laclau y Zizek, "Numax Presenta...", documentales, cine, Ortega y Gasset y su "España Invertebrada", etc. Cuando volvía a Granada, a eso de las 9 de la mañana del día siguiente, pensaba en qué nos unió el año pasado a los cinco amigos de Michigan (faltaban Sergio, en Ann Arbor, y Eduardo, en Vancouver). Como decía Roberto sobre nosotros mismos, "aquí el que menos está como una cabra". Es difícil explicar o entender qué nos une y que me hace echar tanto de menos aquellos días. Todavía me lo pregunto, pero el caso es que nuestra amistad funciona y que, sin duda, nos quedan muchas cosas por decir y hacer.

Tuesday, December 18, 2007

Castillo Rojo

Hoy me ha costado un mundo levantarme de la cama. Finalmente, a pesar del frío de mi habitación, me he dirigido hacia la ducha, he saludado a mi madre, a mis perros, y he bajado a desayunar. La casa olía a frío granadino, a ese clima tan particular, seco y cortante con el que he crecido. En el aire todavía persistía el olor de mañana, ese olor de las cosas íntimas y familiares, espeso y lleno de recuerdos.

Mi gentil hermana había cumplido su promesa y tenía la moto a mi disposición. Abrigo y bufanda enfundadas, me puse en marcha hacia la facultad. Tomo el camino del Realejo: los típicos atascos por el antiguo barrio judío. Escapo con algunas direcciones prohibidas y, finalmente, llego a la Plaza Isabel la Católica, presidida por la estatua de la señora atendiendo al mismísimo Cristóbal Colón. La mayestática figura de esta reina a las puertas del barrio que, en 1492, mandó destruir hasta sus cimientos tras expulsar a los judíos, siempre me ha parecido un monumento a la paradoja.

Le doy la espalda a la modernidad, dejo a un lado la Gran Vía y la calle Recogidas... y tuerzo hacia Plaza Nueva. Sin semáforos, sin tráfico, casi atropellando a los turistas y al mismo frío, conduzo deprisa junto al Darro, el río sepultado de Granada. Cruzo el Paseo de los Tristes, a los pies de la Alhambra, al otro lado del río. Subo con dificultades la cuesta del Chapiz, y giro hacia el Sacromonte. Subo por la "Verea Alta", paso por la cueva de "Chorrojumo", una vez rey de los gitanos... y llego a mi destino. Aparco. Bajo de la moto. Me quito el casco. Respiro y miro al silencio. Al silencio de un edificio que ha estado allí desde hace siglos, viendo como todos pasamos y él, de ladrillo y adobe, sigue por encima de nosotros. Cuando estoy lejos siento como si estuviese aquí, esperándome, susurrándome una vuelta a esta ciudad que tiene lo mejor y lo peor del mundo.

Sunday, December 16, 2007

Farewell and goodbye

And love is not the easy thing
The only baggage you can bring...
And love is not the easy thing...
The only baggage you can bring
Is all that you can't leave behind

And if the darkness is to keep us apart
And if the daylight feels like it's a long way off
And if your glass heart should crack
And for a second you turn back
Oh no, be strong

Walk on, walk on
What you got, they can't steal it
No they can't even feel it
Walk on, walk on
Stay safe tonight...

You're packing a suitcase for a place none of us has been
A place that has to be believed to be seen
You could have flown away
A singing bird in an open cage
Who will only fly, only fly for freedom

Walk on, walk on
What you got they can't deny it
Can't sell it or buy it
Walk on, walk on
Stay safe tonight

And I know it aches
And your heart it breaks
And you can only take so much
Walk on, walk on

Home...hard to know what it is if you never had one
Home...I can't say where it is but I know I'm going home
That's where the heart is

I know it aches
How your heart it breaks
And you can only take so much
Walk on, walk on

Leave it behind
You've got to leave it behind
All that you fashion
All that you make
All that you build
All that you break
All that you measure
All that you steal
All this you can leave behind
All that you reason
All that you sense
All that you speak
All you dress up
All that you scheme...

Wednesday, December 12, 2007

Melancolía y plantas eléctricas / Mellon collie and power plants

Última semana en Londres. Y estamos en diciembre. Es el mes de la melancolía. Melancolía por todas partes.

Miro hacia atrás. Un año atrás. Me recuerdo en Ann Arbor, con los amigos de entonces y ya de siempre. No sé cómo los he recordado tanto durante este tiempo. Michigan parecía ser una tierra un poco aburrida, poco especial... pero los tengo todo el tiempo en mi cabeza.

Todo viene y todo se va. Pero siempre queda algo en nosotros. Es lo que pienso cuando paso, todos los días, por la 'Battersea Power Plant'. Es enorme. Es impresionante. Es una vieja planta de electricidad junto al Támesis. Toda una joya de la arquitectura industrial. Y todo un icono del rock: Pink Floyd la utilizó en uno de sus discos, pero con un cerdito inocente y provocador volando sobre ella. Hace tiempo generaba energía, daba vida a la ciudad. Al otro lado del río, suplía de electricidad al barrio de Chelsea, Fulham... o al mismo Buckingham Palace. Hoy no es más que una mole inmóvil, hueca por dentro. De día, cuando la observas desde el vagón de tren, no puedes dejar de mirarla, te atrae... de noche, se siente su presencia inmóvil.

La semana acaba. Estos tres meses han sido fantásticos. El mundo no deja de sorprenderme: he vuelto a disfrutar de la compañía y el conocimiento de gente muy especial. Y hasta me he atrevido a sentir cosas y a no quedarme parado o inmovilizado. Muchas de estas personas no volverán después de navidades. Pasarán otra vez al recuerdo. Pero algo me quedará de ellas. Serán para mí como la gigantesca 'Battersea Power Plant': un mundo que ha pasado... pero que está ahí, esperándome, haciéndome recordar que el tiempo no espera a nadie y que, por qué no, quizá algún día puede volver a ser puesta en marcha y dar luz otra vez.

Friday, December 07, 2007

Cosas que hacer antes de morir

Quizá sea un poco macabro el título de este post. Pero las preguntas, como el discurrir del tiempo, vienen solas. Supongo que un acontecimiento como la presentación de un libro te hacen plantearte cosas así: mirar hacia atrás, a lo recorrido... y mirar al futuro.

¿Qué me queda? Todo. Resta en mi vida alcanzar algunos sueños (muchos) que tengo por delante: encontrar a alguien con quien compartir el tiempo, que a mi familia llegue por fin la paz, que mi hermana se convenza de que vale más que yo, que a mis amigos les vayan las cosas bien y, puestos a soñar, cambiar aunque sea en un milímetro el rumbo hacia donde va el mundo. Son cosas que debo hacer antes de morir. Cosas, seguramente, inalcanzables. Pero son metas que me mantienen vivo. Al menos por el momento.

Pero "al volver la vista atrás", tengo mucho en mi haber. Y prueba de ello fue la presentación del otro día. Más que en el libro en sí, pensaba en los que estuvisteis allí acompañándome; pero también en todos los que no estuvisteis pero, de una u otra forma, estábais. Y soy afortunado.

Tengo grandes esperanzas en el futuro. Espero que las líneas de los días que me quedan no se tuerzan demasiado pronto. Tampoco quiero una vida con una caligrafía o renglones perfectos. Sea lo que sea, el tiempo es mío, y también de todos los que me acompañáis. Gracias.

Monday, December 03, 2007

Presentación de librico


Buf. Aunque parezca mentira hasta ahora no he tenido tiempo de avisar. Bueno, esta tarde, a las 21.00 en el bar ENTRESUELO de la ciudad de Granada, presentaré mi librillo "Hambre de Siglos. Mundo rural y apoyos sociales del franquismo en Andalucía Oriental (1936-1951)". Intervendrá Miguel Gómez Oliver, uno de mis directores de tesis y persona muy cercana. Aquí tenéis la invitación con todos los detalles.

Toda persona que lea este post, por supuesto, está invitada. Me encantaría ver a todos los anónimos que escriben en este blog. Después se celebrará el evento con un vinillo español, cerveza, sangría y algo de comer. Nos vemos pues.

Monday, November 26, 2007

Heterogéneo


Ya en Granada. Pero estoy molido. Varios días de despedidas, cervecitas, actividades, viajes... y bienvenidas, cervecitas, actividades... y Congreso, que empieza ahora. El jueves fue genial. Un buen ejemplo de las oportunidades que te ofrece Londres y, peloteo aparte, la gente que he encontrado allí.

Carmen, Carmina y yo fuimos a una exposición sobre el sexo en el arte. Ni que decir tiene: interesantísima. No sé que era mejor, si las obras de arte (algunas de Picasso o de Bacon), conocer otras culturas (los sexos de los japoneses nos dejaron impresionados), las "performances" en vivo con tiíllos desnudos con las pelotillas apoyadas en el frío mármol, o los comentarios entre nosotros... después escapamos a la zona del Covent Garden. Y por supuesto: pintas. De ahí está tomada la foto. Nos acompañaron Yen, mi malayo compañero de piso, y James, amiguete de Hong-Kong. Estuvimos en la gloria. Ya sabéis que con un par de pintas (o una), el inglés sale a borbotones. Tras secuestrar a Carmen un poco más, la acompañamos al metro los chinos y servidor, como siempre, justo antes de que cerrase. Luego James nos llevó a un restaurante koreano barato y que acababa de descubrir: acabé la noche hablando con dos chinos, con un camarero koreano (del sur) contándonos su vida, y comiendo cosas de las cuales sólo conocía el arroz.

3 horas de sueño, maleta, puerta, tren... y al aeropuerto de Heathrow. Ni que decir tiene que casi pierdo el avión. Luego Madrid, después Granada, familia, amigos, perros y cañas con tapas. También Chivas 18 años en casa de Alex. Confesiones y reconciliaciones. El sábado, más bienvenidas. Mi compañero Antonio, hermano de Carmen (la del sexo, en fin, exposición), se plantó en Granada. Al final las cervezas y el poco sueño pasaron factura: el sábado empecé a sentirme mal del estómago. Domingo: madrugón (otra vez). Acompañé a (otra) Carmen (¿qué me pasa con las cármenes?) a una misa gregoriana en la Capilla Real, frente a la tumba de los Reyes Católicos. Al terminar, me sentía cada vez peor. Se ofreció invitarme a desayunar. Cuando caminábamos por la puerta de la catedral, la blasfemia ocupó su lugar: vomité junto a la puerta.

En fin, cómico, trágico, sentido, humor, amistad, viaje, despedida, bienvenida, Granada, Londres, hombres, mujeres, chinos, españoles, pintas, cañas y vino... hoy me despierto y, antes de salir a la facultad, me confieso a mí mismo lo afortunado que soy y, de paso, me pregunto si podré renunciar a todo lo que estoy viviendo. Y también de paso, caigo en que siempre me sale la vena existencial escribiendo posts...

Tuesday, November 20, 2007

Mi personaje (III)


Siempre había concebido la Historia como algo ajeno, algo estudiado desde la distancia. Los personajes del pasado eran eso, espectros que habían muerto para nunca volver, objetos de estudio de laboratorio que, al igual que una célula cualquiera, podían ser tratados de forma aséptica e independiente. Pero cuando la Historia se cruza con el presente, todo eso salta por los aires.

Sucedió hace un par de domingos. Conocí a Lucila, la hija de mi personaje: Carlos Posada, el autor del "Diario de la revolución y de la guerra civil" en el que estoy trabajando.

Llegué tarde al barrio de Chelsea. Salí apresurado de la parada de Earl's Court. No encontraba la casa. Recibí una llamada de Carlos, nieto de Carlos Posada e hijo de Lucila. Primero escuché su voz por primera vez: me había perdido. Finalmente di con la casa cuando, a mi espalda, no se como alguien con acento inglés me gritó: "¡Miguel Ángel!". Era Carlos. Dios santo, sus rasgos eran los de su abuelo: alto, labios pequeños y fruncidos, menton pronunciado... todavía me pregunto cómo me reconoció. Me esperaba más mayor, según confesó.

Entramos en la casa. Lucila, de más de ochenta años, nos estaba esperando. Había preparado algo de comer, y después nos invitaría a tomar el té. La primera impresión fue de cercanía, de cariño. Confieso que me dieron ganas de abrazarla: tener en mis manos al diario de su padre, transcribirlo, conocer sus más profundos pensamientos... me hacía sentir tan cercano, tan parte de su pasado... sin haberla conocido hasta entonces.

Tras el partido, volvimos a tomar el té. Mi primera impresión sobre Lucila se potenció aún más. Nos sentamos junto a una mesa baja. Carlos en el sofá. Yo en un sillón inglés bajo. Y ella frente a nosotros. Comenzamos a preguntarle por su pasado, por su padre, por su madre, por la huída de Madrid, por la llegada a Valencia, por las iglesias quemadas, por la llegada a Francia, su vida en San Juan de Luz, su vuelta a España, el encarcelamiento de su padre, las visitas a la cárcel, la vida de posguerra... Creo que Lucila se encontraba cómoda. Carlos estaba impresionado de que no se emocionase. La Historia, más que nunca, se cruzaba con la memoria: hablaba de sucesos que yo había conocido por su padre, de su primer amor en San Juan de Luz, de las dos averías del coche tratando de huir de España, de la depresión de Carlos Posada... Era raro preguntarle sobre pensamientos que su padre vertía en el diario... y que ella no conocía. Me sentí rodeado del pasado, combatiendo por traerlo al presente y que suponga algo para el futuro.

Y por supuesto, esa generación. Lucila estudió en la Institución Libre de Enseñanza. Nunca había conocido a nadie que lo hubiese hecho. Me impresionó. Al ver su humanidad, su impresionante educación, su naturalidad, su dignidad y su sentido de justicia, comprendí el sueño de ese grupo de hombres que pensaban que la educación podía cambiar un país. Que oportunidad perdió España desperdiciando a esta generación.

Una y otra vez, cuando trabajo sobre este tema, me pregunto por qué me atrae tanto. Al fin y al cabo, puede ser una mera historia personal. Quizá es que ha llegado a ser tan personal que eso es lo que importa: rescatar la historia de una generación que fue pulverizada por la guerra es como rescatar la mía propia. El olvido es muerte y la memoria es vida. Mientras que escribo esto, recuerdo el escritorio de madera de Carlos Posada que, al fondo de la habitación, nos acompañaba en la conversación mientras guardaba en sus cajones los cuadernos del diario con el que toda esta historia comenzó.

Saturday, November 17, 2007

¿Qué tiene este hombre, que a todos nos guía?


Según informa 'El Mundo', el Comité Federal del PSOE ha vuelto a proclamar a Manuel Chaves como candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía ('El País' no da la noticia). Por sexta vez consecutiva optará a la presidencia de nuestra querida autonomía. Realmente, estoy contento. Estoy contento de tener un líder tan carismático, tan socialista y tan demócrata al frente de la política de mi comunidad autónoma. Hoy, puedo compartir las palabras de Zapatero: "qué tranquilos y confiados nos sentimos con que Chaves sea otra vez candidato". Sobre todo porque Chaves, ese hombre, "representa una de las mejores maneras de ser y estar en el proyecto del socialismo democrático de los últimos años, de las mejores maneras de gobernar y de orientar Andalucía".

Que suerte tenemos los andaluces. Nosotros, ignorantes y torpes, somos tan incapaces que necesitamos a una figura tan democrática y sobresaliente como Chaves, prueba de una ideología socialista sin límites, para que nos guíe en nuestros destinos. Nadie es capaz de aportar algo, de sucederle... porque el es tan imprescindible... Por eso, oh, amigos, yo exclamo: ¡Larga vida a Manuel Chaves! Que suerte tener el mismo presidente desde 1990, desde hace 17 años. Que gozo, qué placer tenerlo con nosotros 4 años más: en total serán 22.

Cuando otros 'barones' del PSOE como Rodríguez Ibarra o José Bono, cobardemente, se han retirado, Manuel Chaves sigue ahí, al pie del cañón, incólume. El es el 'centilenela permanente' que vela por nuestros destinos (creo que alguien decrépito dijo esto de sí mismo en sus últimos años de vida, allá por la primera mitad de los años 70... pero no recuerdo quien). Y quiero que lo siga siendo: tengo 29 años y no guardo recuerdo de otro presidente en la Junta de Andalucía. Estoy aterrado: ¡no debemos cambiar! ¡Gracias Manolo, no nos dejes, nos nos abandones!

Me siento feliz. Feliz porque alguien, desde arriba, dirija mis destinos. Feliz porque veo que la democracia funciona. Feliz porque Chaves volverá a ser elejido, porque nuestra democracia es grande, porque la Transición fue impecable, porque las listas abiertas en los partidos son una tontería y porque la renovación en el poder lo es todavía más. Y claro, también, porque Andalucía es maravillosa y tenemos sol. Sonriamos todos con la papeleta en la mano.

Wednesday, November 14, 2007

Chelsea-Everton

El fin de semana me dejó fatal, decía la horrorosa canción de Mecano. Y así fue. El sábado nos colamos en una fiesta (sigo con Mecano) en algún lugar del Este de Londres, en el antiguo ayuntamiento de Limehouse. Era una fiesta anarquista, donde paradójicamente los asistentes íbamos disfrazados de "putos ricos capitalistas" (así rezaba la invitación), se vendía absenta, (y no coca-cola, como en las canciones de Mecano) había música en directo y, sorpresa, dejaban fumar dentro del edificio.

Pero al día siguiente, fútbol. Siempre había querido asistir a un partido de fútbol inglés. Me levanté -como pude- y me planté en el barrio de Chelsea. Quedé con Carlos, el nieto de mi personaje, y nos dirigimos al mítico estadio Stamford Bridge... no sin antes tomar una cerveza tradicional a las 1 de la tarde en un pub cercano. Aunque el estadio era pequeño, el ambiente era impresionante. Jugaban Chelsea y Everton. Por supuesto, los seguidores del Everton estaban arriconados en una grada. El resto del campo era una marea de hombres azules gritando. Y sí, digo hombres, pues el 95 por 100 de los asistentes encajaban en el perfil: "hombre de 30-50 años, con tripa (mucha), barba incipiente, gritones, y algunos rosados". No vi ni una sola mujer.

El ambiente era maravilloso. Carlos, fan desde niño del Chelsea, vibraba. Yo superaba la resaca y trataba de hacer comentarios en el país donde se inventó el fútbol. Pero para colmo, mi boca no dejaba de cerrarse y abrirse: no paraba de bostezar. Carlos me miraba extasiado: "¿Pero a ti no te gustaba el fútbol?", pensaría.

Finalmente el Chelsea se adelantó con un gol de Drogba... sin embargo, en el último minuto, el Everton empató. El público desalojó sus asientos al terminar el partido, cabizbajos y sin insultar al árbitro (es curioso como aquí no parecen acordarse tanto de la madre de los referees). Pero los más tristes tuvieron que ser los dueños de los pubs de alrededor que, ese domingo, no se llenaron. Nos dirigimos entonces a casa de Lucila, la hija de mi personaje.

Tuesday, November 13, 2007

Friday, November 09, 2007

Mi personaje (II)


En agosto pasado ya informé de mis relaciones con mi personaje. Era hijo de un famoso jurista español. Fue educado en la Institución Libre de Enseñanza, viajó al extranjero para ampliar sus estudios y, en 1921, consiguió colocarse como funcionario del Congreso de los Diputados y del Instituto Nacional de Previsión.

Fue un hombre liberal y culto. Apoyó a la II República en 1931, el primer intento de democracia en España. Llegó a ser secretario e íntimo amigo de Julián Besteiro, militantes socialista y presidente de las Cortes que elaborarían la constitución que, por fin, consagraba el sufragio universal masculino y femenino en España.

De posición acomodada, la Guerra Civil le sorprendió en Madrid. El y su familia dejaron su casa. Sintiéndose perseguidos, viajaron a Valencia con el gobierno de la República y, en enero de 1937, escaparon a Francia. Tras pasar ocho meses en San Juan de Luz, mi personaje volvió a España, en este caso, a la "España nacional". Intentó recuperar su vida, ser repuesto en sus cargos. Sin embargo, el naciente régimen de Franco le respondió de forma inesperada: pasó por la cárcel de San Sebastián, donde escribía cartas tranquilizadoras a su esposa; y nunca consiguió ser repuesto en su puesto de funcionario. Al terminar la Guerra Civil, era un hombre entre dos Españas, hundido, sin ganas de vivir.

El franquismo nunca le perdonaría. Tan sólo en 1943 conseguiría recuperar un puesto en las ahora flamantes Cortes franquistas. Pero fue tratado como un vencido: tuvo que consolarse con un trabajo menor de bibliotecario, con un sueldo mucho inferior al que entonces gozaba. Nunca consigió levantar cabeza. Murió en 1948, tras ser intervenido por un cáncer en el estómago, en una clínica madrileña.

Mi personaje tuvo una hija. A la muerte de él y de su madre, escapó de España. Llegó a Londres, donde comenzó a trabajar como enfermera en un hospital cercano donde, casualidades de la vida, hoy escribo este post. En 1953 contrajo matrimonio con un hombre inglés, con el que tuvo varios hijos. Uno de ellos fue el que confió en mí para que leyese, transcribiese y estudiase el diario de mi personaje, redactado durante la Guerra Civil.

Historia y memoria se encontrarán este fin de semana. El nieto de mi personaje me invitará este domingo a ver el fútbol (Chelsea-Everton). Después, iremos a su casa, donde su madre, la nieta de mi personaje, nos preparará un té. Me toparé, cara a cara, con los ojos de una historia que no ha acabado y que enlaza con nuestro presente. He tenido que venir hasta aquí para encontrarme con una memoria histórica que, un día, tuvo que escapar de una España que no le otorgaba voz alguna.

Monday, November 05, 2007

Mi barrio: West Norwood


Vivo en algún lugar al sur de Londres. Calculo que a unos 20 kilómetros de la zona de Covent Garden, para hacernos una idea. Es un sitio peculiar. Desde luego, tiene poco que ver con barrios adinerados como Chelsea, Knightsbridge, Kensington o Notting Hill. Cuando se cruza el Támesis hacia el sur, comienza lo castizo de esta ciudad. Uno se encuentra con Brixton, uno de los barrios más variopintos (y peligrosos). Aunque algunos se empeñen en afirmar que el centro de Londres está en Picadilly, podría estarlo allí: se dan los mejores conciertos de rock, se sirve la comida más barata (la calidad es otra cosa), tiene un mercado célebre, pasan numerosos autobuses... pero no tantos como razas y culturas como se pueden encontrar por esas calles.

West Norwood está todavía más al sur. No es un barrio deprimido, pero tampoco lo contrario. Diríamos que es una zona de clase media-baja. Tiene el aspecto de un pequeño pueblo que hoy se ha visto desbordado: la iglesia ya no está en uso, está siendo reformada, y pervive casi arrinconada entre los árboles, en una pequeña colina. Junto a ella, perviven los restos de un teatro de ladrillo, por supuesto, abanadonado. También tiene un cementerio, uno de esos con cancelas ennegrecidas, con musgo, con lápidas ladeadas, donde el verde cubre las losas, los mármoles y los árboles. Un cementerio donde nunca va nadie.

También en West Norwood tenemos biblioteca, aunque nunca la he visto abierta. Abundan los restaurantes de comida rápida; en cambio, no hay pescaderías ni carnicerías: todo una señal del nivel de vida de los residentes en la siempre cara Londres.

Pero West Norwood está unido con el mundo. Tenemos una estación de tren, e incluso algún autobús que va al centro. Desde luego, las pendientes en las que se encaja mi barrio están lejos del centro: a la noche, tras pasar por las barras de los pubs el centro, el mítico autobús nocturno (N2) vuelve cargado de personajes como yo que, en ocasiones, duermen sobre el cristal y se pasan la parada, marchando hacia algún lugar hacia el sur.

Pero West Noorwood es un sitio tranquilo. Aunque el otro día, vestido de conde Drácula, me pidiesen dinero a la puerta de casa en la noche de Halloween ("¡No me muerdas!", me dijo el presunto... antes de pedirme 3 pounds).

Y por supuesto, tenemos pubs. Algunos con nombres peculiares. Nombres que dejan claro que mi barrio tiene carácter, que está entre el Londres oficial y el Londres heterodoxo. En mi calle hay dos. Uno es "La reina gitana" (The Gipsy Queen), aunque está abandonado. El otro tiene un nombre poético porque, para colmo, está junto a la estación: "La Esperanza" (The Hope). Nunca he entrado, pero por él parecen vagar personas de avanzada edad, bebiendo cerveza, desgastadas por las horas de trabajo y de viaje de esta ciudad. Quizá esperan a tomar la última antes de tomar el tren a cualquier lugar.

Thursday, November 01, 2007

El "Panóptico", la cárcel perfecta


No conocía a Jeremy Bentham. Fue un inglés de finales del siglo XVIII que, además de niño prodigio en su infancia, escribió algunos de los tratados jurídicos más emblemáticos del Derecho moderno. Pero lo que me ha llamado la atención es otra cosa. En 1791 publicaría "El Panóptico", un tratado sobre derecho penitenciario. El DRAE da la siguiente definición de "Panóptico": "Dicho de un edificio: Construido de modo que toda su parte interior se pueda ver desde un solo punto". Bentham diseñó un proyecto de cárcel revolucionario: un edificio en el que, desde un sólo punto, un vigilante podría conocer los movimientos de todos los presos. Al comienzo de su obra Bentham dejaba claro los objetivos de su tratado:

“Si se hallara un medio de hacerse dueño de todo lo que puede suceder a un cierto número de hombres, de disponer todo lo que les rodea, de modo que hiciese en ellos la imipresion que se quiere producir, de asegurarse sus acciones, de sus conexiones, y de todas las circunstancias de su vida, de manera que nada pudiera ignorarse, ni contrariar el efecto deseado, no se puede dudar que un instrumento de esta especie sería un instrumento muy enérgico y muy útil que los gobierno podrían aplicar a diferentes objetos de la mayor importancia

Bentham escribía a finales del siglo XVIII. Y está claro que su proyecto no sólo iba dirigido a las cárceles, sino a la sociedad entera. Aunque nunca llegó a realizarse plenamente, inspiró las reformas penitenciarias posteriores, así como las ideas de vigilancia y de control que los Estados pusieron en práctica sobre sus ciudadanos. Quizá es el bueno de Bentham el que está detrás de algunas cosas que me rodean ahora mismo: mientras que escribo, todos mis movimientos por internet están localizados (también los vuestros cuando leéis esta post), y también lo estarán por las cámaras de seguridad de esta biblioteca, o de las calles del campus, o del autobús o el metro que coja para volver a casa. Al fin y al cabo, Bentham falleció en Londres, donde hoy me encuentro.

Friday, October 26, 2007

Chica

Esta chica tiene la mala costumbre de cruzarse siempre en mi vida. La primera vez fue en la facultad, cuando ambos estudiábamos la carrera de Historia. Yo me preguntaba qué haría una chica tan guapa, alta, rubia y tan sonriente con mi amigo Eloy que, como bien yo conocía entonces, estaba empezando a dar sus primeros pasos en el noviciado. No hablé entonces con ella.

Volviemos a coincidir en clases de francés. Siempre nos reímos de este 'doble sentido'. Entonces, ella tenía pareja y yo también. Ambos nos hemos admitido después que existía algo de atracción... pero nunca cruzamos la línea. Recuerdo que le enterneció que la dejase copiar en el examen, poniéndole mis respuestas a la vista.

El tercer reencuentro fue gracias a la música. Un día me proponía ir al gimnasio. No sin antes pasarme por un cajero on-line para sacar las entradas de un concierto de los Rolling Stones. Cuando no había forma de conectar con el servidor central, ella volvió a aparecer: siempre rubia, siempre sonriente, con sus pantalones baqueros grises, sus botas y su camiseta roja (¿o era rosa?). Volvimos a conectar con un: "oye, yo a ti te conozco", por supuesto pronunciado por ella. Yo, tan despistado como siempre, pense: "¿síiiiiii? (claro que sí, de algo que no me acuerdo pero si tu lo dices, chica, te conozco). Al final acabé cayendo en la cuenta de nuestro pasado, terminamos tomando vinos en un lugar cercano e, incluso, compramos las entradas. Siempre recordaré esa tarde que pasamos juntos, viendo una película de cine en mi casa, cuando todavía las puertas de nuestro futuro estaban abiertas.

A partir de ahí... pues construimos una amistad. En algún momento pudo haber sido otra cosa, pero creo que ambos convinimos en uno u otro momento que fuese esa la relación entre ambos. Ella es genial: inteligente, rápida de pensamiento, capaz de adaptarse a todo, culta, con sensibilidad, sentido del humor... y peculiar, sobre todo peculiar. Nunca olvidaré su visita a Roma y nuestro viaje relámpago a Venecia, la mítica pelea en la estación de tren y nuestra búsqueda de hotel en Padova.

Con ella he conocido a gente muy variada y especial: desde tenores a pianistas, a rockeros, a buitres de la noche, motoristas, o e incluso a alguna chica especial que, tras un disfraz, esconde un mundo lleno de secretos. Pero quizá la persona más entrañable que rodeaba la vida de mi amiga fue siempre su padre.

Lo vi por primera vez una tarde. Ella y yo estábamos en su piso. Llegó el con una bolsa cargada de fruta, preocupado con la alimentación de su hija. Nunca he visto más cariño entre un padre y una hija. Un buen día tuve la oportundidad de entrevistarlo, pues era un hombre que había vivido la tragedia de la Guerra Civil y el franquismo. Todavía recuerdo su mirada perdida cuando hablaba de aquellos años.

De un tiempo a esta parte mi amiga no pasa por buen momento. Hoy mismo he recibido un breve correo en que, sin escribir la palabra trágica, sí anunciaba que la larga espera había acabado, que todo había terminado. Mientras que escribo pienso que estará sobre la ciudad de Granada, cansada, desorientada porque uno de los referentes más importantes de su vida ya no está con ella. Y yo me encuentro tan lejos... empiezo a cansarme de no estar cerca de los que me necesitan. No sabía qué hacer. Quizá por eso me he lanzado a escribir este post. Es mi única forma de hacerle saber que estoy con ella, que le tengo un aprecio sin límites y que siempre intentaré estar ahí. Sé que nunca me mostrará su sufrimiento, pues nunca ha sido su estilo. Es de las mujeres más fuertes que he conocido. Pero con las desapariciones, siempre faltan las palabras y las explicaciones. Quedamos por fin solos, frente al mundo; ya no están ellos, ya la vida, con todos sus riesgos y sus aventuras es toda nuestra. Es el momento de seguir, de mirar hacia el frente y de pisar firme. Por ellos y por los que vendrán. Adelante, siempre adelante... pues somos los restos de lo que ellos fueron y la semilla de lo que otros serán. Y los llevaremos siempre con nosotros.

Tuesday, October 23, 2007

La araña de Bourgeois


He caído en la cuenta que, pese a que llevo casi tres semanas en Londres, casi no he hablado de la ciudad. Intentaremos corregir esta tendencia en 'El blog de Bobby'.

Nadie que me conozca pensará que no hago otra cosa más que estar en la biblioteca de la LSE. Hay tiempo para todo; y si no lo hay, se busca. Si un historiador no mira alrededor de lo que tiene, seguramente acabará escribiendo sobre algo que no le interesa a nadie.

Planes no han faltado: mercadillos (Camden Town, Spita Fields...), pubs (imposibles de enumerar), eventos (barbacoas, cenas, cine), conferencias (Paul Kennedy en la LSE), conciertos (Manu Chao en el Brixton Academy), y algún que otro desfase (Soho, etc.). Pero también ha caído algún museo. Me estoy conteniendo esperando a que vengan mis lectores a visitarme. Por eso no suelo visitar museos... pero la Tate Modern ha sido una excepción. Precisamente ahora hay una exposición de la genial artista francesa Louise Bourgeois.

La foto que acompaña este post es una de sus llamativas esculturas. Recuedo que tomé la foto sin pensar, buscando algo artístico... sin embargo, he caído en la cuenta que tiene un mensaje que me había pasado desapercibido. La araña amenaza la cúpula de la Catedral de Saint Paul y a 'La City', el centro financiero de la ciudad, situados al otro lado del Támesis. Tecnología, acero y violencia depredadora sobre la cúpula de una iglesia, sobre la Bolsa de Londres y el Banco de Inglaterra. Que contraste. Recuerdo cuando Lorca gritaba desde el Chrysler Building hacia Roma y amenazaba a la Iglesia y al orden establecido, de que llegaría un día en que las tornas girarían, en que la injusticia tendría un precio:

Mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.

Saturday, October 20, 2007

Educación para la libertad y el buen gobierno

Cita interesante:
“El día en que la instrucción sea mayor y la moralidad se imponga, la sociedad tendrá directores entendidos, celosos y puros en el que obrar que procuren su mejoramiento. Cuando este tiempo llegue dominará la opinión publica y no mandarán los atrevidos, los imprudentes, los intrigantes… y se adoptarán, en fin urgentemente cuantas medidas reclama la situación actual de la clase obrera”.
(Reformas Sociales. Información oral y escrita publicada de 1889 a 1893, Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1985, tomo V, pág. 391)

Monday, October 15, 2007

Chica con nombre de tres letras


Uno nunca piensa que tomando pintas de cerveza un sábado por la noche puede tener estas experiencias. La conocí en Tottenham Court Road a eso de las 6.30 de la tarde. Nos sentamos con otra gente rodeando una mesa en un pub cercano. Desde luego, las apariencias pocas veces nos descubren lo que hay detrás de una persona: ojos y pelo negro, vestido ajustado, escote pronunciado, tacones, pendientes, algo de maquillaje y una sonrisa amable. Pidió un "Cosmopolitan", que al parecer no estaba muy a su gusto. Pero detrás de esa apariencia se escondía una vida de lucha y coraje.

Su historia es de esas que nos cuesta creer. Nació en un país de Oriente Medio, en una familia muy tradicional y muy acomodada. Mujer, desde siempre se mostró rebelde contra lo que le rodeaba. En su casa la televisión estaba prohibida. También la música. Estaba condenada a ser una más, a casarse joven y "bien", no trabajar y estar subordinada a un hombre y a la tradición. Pero ella supo romper el círculo. Estuvo en un colegio público y vio que no todos eran iguales, que había injusticias y miseria... y que ella era una privilegiada. Y leyó libros, lo único permitido en su casa. A los 18 años, por su pensamiento y su "rebeldía", fue repudiada por su familia. Fue a vivir con su novio en medio de una sociedad que, si no la perseguía, sí la detestaba. Hasta que decidió romper una vez más el círculo: vendió sus ropas, sus platos, sus libros, todo lo que tenía, y logró comprar un billete para el Reino Unido. Cambió su nombre por uno más sencillo, uno que la confundiese entre todos los del mundo; un nombre que podría ser de cualquier país. Escondida, en una pequeña ciudad del norte de Inglaterra, trabajó y estudió a la vez. Y salió adelante.

Hoy trabaja en una importante empresa de la ciudad. Su nombre tiene tres letras, pero cuando le preguntas su origen, siempre escoge un país al azar para responder. Podría ser de cualquier parte. Llama la atención que, gente que ha nacido en una cultura tan hermética e inmutable, sea capaz por sí misma de salir adelante, de correr, escapar de lo que no quieren o no comparten. Y mientras, algunos de nosotros seguimos con nuestras vidas, sin pararnos a pensar que la pista es toda nuestra, que tenemos la vida por delante y, por qué no, que también nosotros podemos emprender la marcha.

Friday, October 12, 2007

¿Con Fernando Alonso o con la botellica de vino?

Este domingo Fernando Alonso se juega el Mundial de la F-1. Aunque sinceramente el piloto asturiano, ese hombre sin cuello, no nos caiga muy bien, aunque esto de la Fórmula 1 no llegue a ser del todo un deporte... yo estoy volcado con él. Hay una página en la que se puede firmar para mostrar el apoyo ante las injusticias que McLaren está cometiendo con el frente a su compañero, Lewis Hamilton (www.safety-car.net). Yo hasta he firmado. En esa página he encontrado este vídeo que me hace bastante gracia: parodia el momento en que en el último gran premio Hamilton se quedó atascado en la grava... y los comentaristas de Tele 5 lo comentaban. ¿Real como la vida misma?

Thursday, October 11, 2007

No te rindas / Don't give up

El otro día recibí dos correos de dos personas muy cercanas. Son "correos-vida", donde se proponen o se dejan entrever cambios radicales en la vida de las personas. Llegado un momento, nos paramos en nuestro camino, nos preguntamos hacia dónde vamos, qué estamos haciendo con los días que vivimos... algunas de esas personas tienen la fuerza de reflexionar, de pensar, de autocriticarse, de mostrar su inconformismo y proponen cambiar las cosas, girar la línea de la vida por la que discurren.

Sé de sobra, porque quizá a mí también me ha pasado, que en esos momentos uno confía poco en sí mismo; tiene ganas de tirar la toalla, de conformarse, de rendirse, de dejarse llevar. Pero creo que el pensamiento es el primer punto de cambio, el primer requisito para que nazca algo nuevo, una esperanza. Y estas dos personas que quizá no lean este blog, creo que lo tienen.

Cuando leía ambos correos, como arte de magia, me venía a la cabeza la canción que ambienta este post. Ni "Let it be" de los Beatles, ni "Hey Jude", ni "Palabras para Julia" de Paco Ibañez. Escuché por primera vez este tema de Peter Gabriel en Michigan, en enero del 2007, rodeado de nieve y en mis horas más bajas. Me sugirió muchas cosas: no rendirme, sentir que no estaba solo, aunque estuvese en otra ciudad... y sobre todo, calma, sosiego, tranquilidad. El que quizá se requiere para volver a empezar.

Saturday, October 06, 2007

Londres


Ya estoy aquí. Vuelo a media mañana desde Granada. N. tuvo la gentiliza de llevarme al aeropuerto y, además, llevarse toda la ropa y toallas que marcaban el sobrepeso de mi maleta. Ryanair me clavó unos euritos por llevar más de 15 kilos. Sin comentarios.

Siento como si no me hubiera ido. Al fin y al cabo, la distancia no es tanta y, según parece, aquí tenemos sólo una hora menos. Comparado con el desfase de Michigan, donde parecía estar en otro planeta...
Todo ha sido muy fácil: ya tengo casa. Me quedaré con Yen, peculiar amigo malayo con el que la verdad conecto bastante. Me alquilará una habitación en su casa, en la zona 3 al sur de la ciudad. La generosidad de este chico es inmensa: se niega a cobrarme, a lo que yo, naturalmente, también me niego. Así he superado la traba más difícil de esta ciudad: encontrar alojamiento. He ganado una semana de vida: una semana para trabajar o pasear, y una semana también para que mi cuerpo no se vea perjudicado dando vueltas y estresado por los barrios londinenses.

Ayer me pasé por la London School of Economics, a decir que había llegado. Estuve aquí hace dos años, justo antes de empezar a escribir la tesis. Me encontré con la gente de entonces, no sólo los que trabajan aquí, sino los antiguos becarios que ahora son doctores. Como pasa el tiempo. Y Londres... Londres es Europa: qué facilidad para conocer gente. Ayer mismo quedamos para tomarnos juntos las primeras pintas... con el estómago vacío. Tras seis horitas en el bar, no conseguí encontrar un tren para volver a casa, y acabé vagando por los barrios del sur de Londres hasta que encontré la casa de Yen. Odisea nocturna, paseando por parques, cruzándome con zorros, cementerios oscuros y algún borrachín como yo. Ya he llegado, porque he venido.

Thursday, October 04, 2007

Canciones para escapar (II)

Acabo de terminar la maleta. Escapo al banco a recoger las libras. Mil perdones por no despedirme como es debido: han faltado cervezas, llamadas y, sobre todo, posts en las últimas semanas.

Como no tengo tiempo, aquí queda este video. "Born to run", the Bruce Springsteen. Creo que en alguna revista musical la nombraron la mejor canción de la historia, por encima incluso de yesterday. Sea lo que sea, es una canción perfecta: está llena de velocidad y pasión; habla de la gente que escapa de su ciudad para buscar algo mejor. Yo ni estoy mal como para no volver, ni tampoco tengo una "Wendy" con la que escapar. Pero he pensado que quizá todos los lectores de este blog convengan conmigo que "quizá algún día lleguemos a ese lugar donde de verdad queremos ir y caminar entonces por el cielo, pero hasta entonces, los vagabundos como nosotros nacimos para correr"

Wednesday, October 03, 2007

Crujidos en la mente


Él es un amigo. O quizá hace tiempo que ha dejado de serlo. Lo conocí en el colegio. Sin duda éramos diferentes: distintas inquietudes, incluso distintas formas de ver la vida. Pero la diversión, ser extrovertidos y saber adaptarnos a todo nos unía. Hasta que un día dejó de ser él. Cambió, algo en su mente crujió para siempre.

Hoy he estado con él. Está solo, todos hemos desaparecido. Incluso su familia, aunque ellos sí que siguen ahí, junto a él, más unidos que nunca, aunque él no lo sepa. Mientras que fumaba sin parar y casi ni atendía a la cerveza, me hablaba con odio, defenestrando a un mundo al que acusa de haber perdido el rumbo, de estar chalado. Yo lo escuchaba con atención: su propio lenguaje, la imprecisión con la que hablaba, era prueba de su enfermedad; también la violencia con la que lo hacía. Sus ojos no eran los suyos. Su sonrisa y su voz, tampoco: están torcidos para siempre.

He esperado al último momento para asomarme a su vida. Seguramente he podido hacerlo por la tranquilidad que da salir de Granada y ponerme a salvo. Y mientras, mi amigo, no comprende un mundo que cree que está contra él; lucha contra los fantasmas y los enemigos que más le quisieron; y uno de ellos pronto toma un avión hacia Londres, con un sentido de culpabilidad y de impotencia que no le abandonará jamás.

Thursday, September 20, 2007

Quedada bloguera


La "quedada bloguera" fue un desastre. Tal como se leía en un comentario de un post pasado, algunos lectores y escritores de blogs afines habíamos apalabrado unas cañitas en un bar céntrico de Granada.

Para empezar, la convocante no acudió a la cita. La mayor participante de "El blog de Bobby" tampoco, pues le "había surgido algo importante". Otro bloguero que siempre cuenta "Historias de otros" también faltó. Anonymous no se dejó ver (o quizá si? estaría en "Los italianos" en ese momento?). Abejarroncho mostró su intención de pasarse... pero tampoco lo hizo (¿coqueteando con alguna flor?). Esteban estaba en la India (es en serio). Al final, estuvimos N., servidor, y tres personas que creo que ni participan ni leen el blog (María José, Juanfran y Eva). La verdad es que fue entrañable de todas formas. Espero que en otra nos juntemos, aunque empiezo a pensar que nuestro mundo sólo existe entre teclas y pantallas de ordenador.

Wednesday, September 12, 2007

Pensamiento único


Ayer noche vi un documental en la 2 de TVE. Creo que era una recreación del genial libro de Le Roy Ladurie, Montaillou. El libro reconstruye la vida de este pueblo del sur de Francia durante algo más de dos décadas durante la Edad Media (su castillo, en la foto). En definitiva, es la historia de cómo la Inquisición persigue a los habitantes del pueblo por cátaros. Sin duda el fenómeno de la Inquisición, del catolicismo, de la Iglesia o de la religión es muy complejo. Pero intentando traer esos acontecimientos al presente, se me ha ocurrido este post.

Además de otras muchas cosas, la labor de la Inquisición iba dirigida a que nadie pensase de forma distinta. Que el pensamiento original, creativo, crítico, a contracorriente, o a «contrapelo» que diría W. Benjamin, quede sepultado bajo las cenizas de lo homogéneo. Globalización. Mundo globalizado. No hace falta llegar a este fenómeno para comprender que la cultura ha sido uno de los mayores factores de cambio en la Historia de los seres humanos. Y no digo ya cultura en cuando a educación, porque desde escuelas, institutos y universidades también se puede difundir –y se difunde- un discurso acorde con las formas de poder que nos gobiernan. Hablo de una cultura diversa, heterogénea, popular, creativa y crítica con lo que nos rodea.

A veces me contrario cuando todos pensamos igual. Creo que desde arriba se nos impone una visión del mundo y de lo que tenemos (nuestra propia democracia) que nos hace conformistas, que impone una paz social que en el fondo no es más que coacción. No digo que nuestros políticos o estados sean la Inquisición, que nos imponen una forma de pensar. Tan sólo que quizá es paradójico que, precisamente cuando mejor vivimos y gozamos de más derechos, somos más ciegos para pedir más o exigir que se cumplan. Lo siento lectores, pero la política llevaba ausente demasiado tiempo de 'El Blog de Bobby'. Si este post suscita comentarios y críticas, es que todavía hay alguien ahí fuera.

Monday, September 10, 2007

El pasado y las fiestas del Zaidín

Después de todo, creo que es bueno que haya años, y que haya meses, y días... y semanas. Y digo esto porque los años van dando vueltas, siguen pasando a nuestro lado, pero siempre hay acontecimientos que nos recuerdan que ayer era pasado y hoy es presente. Tamaña reflexión metafísica proviene de la noche del viernes: después de pasarme todo el día en la biblioteca (lo apunto porque he recibido comentarios sobre le carácter lúdico-viajero de El Blog de Bobby), me pasé por las fiestas del Zaidín, barrio popular y entrañable de Granada.

Desde que empecé la carrera, allá por 1996 he frecuentado los conciertos míticos de Rock comiendo polvo y bebiendo cerveza. ¿Qué granadino no lo ha hecho? Decir fiestas del Zaidín es decir compañeros de la facultad, es decir Miguel Ríos, los Planetas, Lapido, Rosendo, Lagartija Nick... y tantos otros. Y también es decir cerveza, mucha cerveza. Y resaca, mucha resaca; pero bueno, eso al día siguiente.

Ni que decir que este año cumplí una vez más. Con amigos de la carrera de Historia y con todos los demás ingredientes que he señalado. Tocaban Santiago y Luis Auserón: los Auserones eran los antiguos miembros de Radio Futura. Escucharlos era pensar en el pasado, máxime si después de surtir al personal con lo más clásico del rock internacional cantado en español, acabaron con la genial Annabel Lee. La letra, cómo no, era de Edgar Allan Poe. El pasado, queridos amigos, nos pisa la vida y apunta hacia el futuro. ¿Seguirá el poeta durmiendo junto al mar?

Tuesday, September 04, 2007

Canciones para escapar (I)

Siempre me han gustado las canciones para escapar, las que hablan de velocidad, de huir hacia delante, de dar saltos en busca de lo desconocido, de liberación, de algo mejor... como cantaba Tracy Chapman:

You got a fast car
But is it fast enough so we can fly away
We gotta make a decision
We leave tonight or live and die this way

So remember we were driving driving in your car
The speed so fast I felt like I was drunk
City lights lay out before us
And your arm felt nice wrapped ’round my shoulder
And I had a feeling that I belonged
And I had a feeling I could be someone, be someone, be someone

Saturday, September 01, 2007

Galicia, centro del mundo


Las vacaciones se acortaron precipitadamente. Por temas de trabajo, para variar, se han visto reducidas a poco más de 10 días. Pero esto de no depender de un laboratorio, ni de diseccionar ratas o cosas parecidas tiene sus ventajas: con 7 libros, un portátil, algunos artículos y un sitio tranquilo por medio, puedo trabajar donde quiera. Todo eso me llevó, por segunda vez en un mes, a Galicia.

Me pasaba los días en el prado que aparece en la foto, sentado en una silla frente y en torno al verde. Mientras que pasaba páginas de libros de filosofía, sociología e historia cultural, de vez en cuando venían a mí los entrañables tufillos del agro galego: estiércol, heno, hierba...

La casa de Cospeito parecía el centro del mundo. Por ella pasaron peregrinos del Camino de Santiago, mi hermana, Awen, amigos, amigos de amigos, e incluso... 2 chinos! Sí, James Wong, amigo de Hong-Kong que conocimos en Londres; y Yen Yap, amigo malayo que también conocimos en la misma ciudad. Serán una pieza importante el año que viene: nos alimentaron con shushi, pescado y salsas de nombre indescifrable. El orujo siempre cerraba el día.

Siento que una fase se acaba: comienza un septiembre de estrés. Último mes en Granada antes de pasar un año fuera, ahora, en Londres. He hecho bien en dejar la maleta al pie de mi cama para no acostumbrarme a estas tierras.


Sunday, August 19, 2007

Eduardo, la sidra y los viejos tiempos




En el mítico viaje Asturias+Galicia la línea del tiempo volvió a entrecruzarse: me encontré con alguien de un pasado no muy lejano, en un lugar apartado de donde nos conocimos. En Gijón estuve con Eduardo, entrañable amigo de Ann Arbor. Pasamos un rato estupendo. Nos confesamos que aquello era raro por todos lados: encontrarnos los dos en su ciudad, Gijón, donde tan sólo pasa una semana al año, después de haber vivido tantas cosas (lecturas, conversaciones, rackeball, cervezas) en Michigan a tantos kilómetros de distancia, separados de la gente y del espacio que nos unía.

Metafísicas aparte, pasamos un rato fantástico. Antonio y Benja se unieron a nosotros: en un principio, se jugaron a "piedra, papel o tijera" quién se quedaría haciéndome compañía mientras que el resto de viajeros marchaban a un cabo cercano. Al final sus novias transigieron (gracias) y se quedaron los dos. He aquí las fotos de la tarde entrañable en la que Eduardo, con mucha paciencia, intentó enseñarnos a escanciar sidra. Es todo un arte y algunos se lo toman en serio: nos confesó que un amigo suyo se encerraba en el cuarto de baño y se pasaba horas y horas ensayando con agua en la bañera. Mientras que nosotros cumplíamos con el ritual y cada vez estábamos más alegres, en una mesa cercana unos españoles se llenaban el vaso hasta los topes (la tradición dispone que se llene sólo 1/4) y servían la sidra como si fuese cubalibres. Harto entrañable. Toda una sorpresa saber que, sea donde sea, con la gente que sea, y con la bebida que sea, la amistad con quienes que dejamos atrás no tiene por qué morir. ¡Salud!

Thursday, August 16, 2007

Asturias + Galicia


9 días por tierras del norte. Viaje preparado en el último momento, y del todo atípico. Casi 3.000 kilómetros en 9 días. Servidor acompañando a tres parejas. Dos coches hacia el norte. 4 tiendas de campaña acampadas en un camping de la costa de Asturias (Cudillero). Toda una experiencia. Hubo tiempo de ver a viejos amigos, de inspirarse con lo bien que funcionan algunas parejas, con acercarnos a Santillana del Mar, de buscar a Don Pelayo y a sus huestes en los Lagos de Covadonga, pasear por Luarca, Gijón, Oviedo (otra vez me encontré con mi personaje, que nació allí... ¿por qué me persigues CP?)... y comer, comer y beber escanciando sidra como buenamente podíamos.

Los tres últimos días fueron como un relámpago: cruzamos a Galicia por la costa. Las olas y las rocas de la Playa de las Catedrales fueron el primer destino. Después, siempre rápido, Mondoñedo y Villalba. Pulpo, ribeiro y orujo por doquier. También nos escapamos a Santiago: lugar de encuentro, santo, de tabernas y de borrachos que crean experiencias nocturnas inolvidables (conocimos a Daniel, quizá el español con más puntos negativos en su carnet de conducir). Hubo tiempo para Cedeira, y también para visitar la iglesia de San Andrés de Teixido ("quien no va de muerto va de vivo"). Y al día siguiente, bajar, conducir hacia el sur. Y luego Granada, de nuevo Granada. ¿Y ahora qué? Siento que esta ciudad es cada vez menos mi hogar. El año en Michigan me sigue pasando factura. ¿Un extraño para siempre?

Saturday, August 04, 2007

Carmona (46 ºC)


Esta semana he estado en un curso de verano en Carmona, organizada por la Universidad Pablo de Olavide. El acto ha sido organizado por mi entrañable compañero Antonio Herrera y Juan Ortiz. Por supuesto, el tema era el franquismo. Que menos que dejar aquí un rastro del entrañable momento en que la ex-ministra de cultura Carmen Calvo clausuraba el curso. Luego hemos comido con ella: por supuesto, he recordado a mi queridísimo amigo Esteban y lo mucho que habría disfrutado. Más sobre ese tema, si viene a cuento en los comentarios.

Lo mejor ha sido la vista de los campos infinitos de la campiña sevillana. Me recordaban a los del medio-oeste de Michigan, pero en seco y a 46 grados.

Antonio me confesaba que, tras haberme presentado, cuando comenzaba a hablar, pensaba mirando al público: "estos ni se imaginan la juerga que nos vamos a pegar". Mañana, empiezan las vacaciones. Dirección: Asturias y Galicia.

Mi personaje


Desde comienzos de año estoy acompañado por un personaje al que nunca llegué a conocer. Murió en 1948. Los últimos años de su vida fueron tristes. Es de esos hombres a los que la Guerra Civil les cayó encima: perdieron lo que tenían, lo que eran, y los más importante, sus sueños.

Sí, es quizá la primera vez que hablo de trabajo en el blog. Pero es que no he podido resistirme. ¿Quién es esta persona de la que conozco sus pensamientos más íntimos y privados? Aunque lógicamente, nunca lo conocí personalmente, lo llevo cerca, conmigo. Pienso sobre lo que vivió e intento reconstruir su historia. Me pregunto cómo. Y lo más interesante de todo: como si fuese el fantasma del padre de Hamlet, viene a mí a cada instante. Me encuentro con su rastro por donde paso. Esta semana, he estado en Carmona (Sevilla). Sería allí donde fue encarcelado y encontraría la muerte Julián Besteiro, uno de los socialistas más respetados de la II República. Mi personaje fue su secretario particular. Fue su perdición.

Seguiré avanzando detalles sobre mi personaje. Es una historia de novela, donde el manuscrito encuentra al autor y el fantasma viene al presente a pedir se rescatado.

Tuesday, July 31, 2007

Murciano + críos


El pasado fin de semana me escapé a Alicante. Tenía una visita pendiente: conocer a mi sobrina, la hija de mi primo-hermano David (no es el bebé de la foto).

Fuimos mi hermana y yo. El viaje estuvo cargado de anécdotas y de buenos momentos. La verdad es que fue un placer disfrutar de ella con tranquilidad, con tiempo, sin gente alrededor. Siempre es bueno descubrir que seguimos unidos y que, seguramente, tenemos muchas cosas más en común de lo que pensamos. Anécdota: paramos en la provincia de Murcia a tomar un café en una gasolinera. Al rato se me acerca mi hermana muy seria, me mira y me dice con voz burlona: “Ese hombre me ha dicho algo”. “¿Quién?, pregunto, ¿el que atiende? ¿Qué te ha dicho?". Lógicamente yo ya estaba en plan hermano defensor, pensando que le habrían soltado alguna bordería o algo así. Ella aclaró mis dudas: “me ha dicho: hon nohenta hentimoh”.

Bueno a lo que iba. Que pasamos un fin de semana fantástico. Pero he visto eso de los hijos y la descendencia más cerca que nunca. ¡Y todavía ni tengo pareja!. Está claro que cambian la vida… es difícil hablar de ellos desde la barrera, pero voy allá. Debo ser bastante campesino, porque tengo claro que quiero tenerlos. Me encantan aunque no tenga mucha maña con ellos (el primer golpe de Anita, mi sobrina, se lo di yo mismo contra un vaso la primera vez que la cogí). Pero sobre todo es por el sentimiento, quizá bastante primario, de dejar algo en este mundo cuando yo no esté. Algo que me suceda y que, con toda la humildad, pueda aspirar a ser bueno. Quizá sea una forma de sobrevivir a la muerte.

Pero quizá estoy perdido, porque todas las razones que me doy para traer a alguien al mundo son egoístas, son mirando a mí. Quizá porque tampoco estoy convencido que sea bueno nacer para ver lo que hay aquí, para luchar con todo lo que nos rodea, y para intentar cambiar todo esto que es imposible de cambiar.

Tuesday, July 24, 2007

Marbiella

La semana pasada me pegué una escapada a Madrid. Nada de ocio: archivos, archivos y más archivos (y alguna tajadilla con algún amiguete por la calle Huertas). Escribiré más adelante sobre mi encuentro con la Historia y “mi personaje” en el Archivo del Congreso de los Diputados…

Pero el fin de semana, me bajé a Marbella. Desde que era un niño he pasado los veranos en el mítico pueblo. Después de todo, hay muchas cosas que me unen a él, de forma extraña: toda la familia de mi madre, mi amigo-poeta-novelista Alejandro Pedregosa, estudiarla en mi tesis doctoral… y esa sensación de amor-odio que siento por ella. Recuerdo cuando las playas estaban llenas de espigones y, mirando hacia el interior, Sierra Blanca tapaba el horizonte. Creo que hasta el clima era diferente, más fresco. Recuerdo hasta ríos y torrentes… e incluso algún jardín. Hoy Sierra Blanca sigue estando ahí, pero las aristas verticales de cualquier edificio mediocre tapa su vista. Sobre los arroyos y torrentes no hay más que cemento y papel, mucho papel y mucha cinta de vídeo de prensa del corazón.

Todavía sigue oliendo a mar. Mediterráneo por los cuatro costados. Y todavía se ve África. Parece que el gusto de divisarla al horizonte al final de la tarde, como una aparición misteriosa y exótica, todavía no nos lo han quitado. Démosles tiempo.

Monday, July 23, 2007

Décimas de la muerte


Esta última semana he tenido el blog un poco descuidado. Intentaré recuperar el tiempo perdido en los próximos días...
Mi madre me regaló por mi cumpleaños algo del todo "oportuno" para levantarme el ánimo: una reedición de Las Décimas de la Muerte, compuestas por un hidalgo de la Ciudad de Cuenca (siglo XVII). Hay algunas que me han llamado la atención. ¿Creemos que lo sabemos todo, que nadie ha sentido ni pensado antes que nosotros?

Oh tú que estás sepultado
En el sueño del olvido,
Si para tu bien dormido,
Para tu mal desvelado!
Deja el letargo pesado,
Despierta un poco y advierte
Que no es bien que de tal suerte
Duerma y haga lo que hace
Quien está desde que nace
En los brazos de la Muerte



¿De qué sirve anhelar
Por tener y más tener,
Si esto en tu muerte ha de ser
Fiscal que te ha de acusar?
Todo acá se ha de quedar,
Y pues no hay mas que adquirir
En la vida que el morir,
La tuya rige de modo,
Pues está en tu mano todo,
Que mueras para vivir.

Tuesday, July 17, 2007

29

Hoy cumplo 29 años. No sé por qué siempre me ha preocupado esto de la edad: quizás por vivir tan obsesionado, profesional y personalmente, con eso del pasado y del presente. Como virtud o como defecto, creo que tengo buena memoria. Por eso en estos días vivo como si fuese una raya en el espacio del tiempo: durante 24 horas revivo y recuerdo lo bueno y lo malo de mi pasado, y por otro lado hago perspectivas y cábalas sobre lo que me deparará el futuro.

En días como hoy valoro mi vida. Lo positivo y lo negativo que he vivido, lo que he progresado y lo que he perdido. Dejemos lo que puedo haber ganado para otro momento. Y ocupémonos de lo que he perdido… lo tengo claro: imaginación e inocencia. Quizá ambas van unidas. Recuerdo cuando en el pueblo de Huelma (Jaén), con 3 ó 4 años me imaginaba que llegaría un día en que podría ser futbolista, miraba a mi alrededor pensando y creyendo que todos éramos iguales, o me dejaba convencer por las palabras de un padre que me aseguraba, cogiéndome la mano y mirando a las estrellas, que podía hablar con mi abuelo Miguel que, sin despedirse, había “decidido” subir al cielo. Eran años donde pensaba que mis padres eran perfectos: ni en ellos ni en nadie veía la avaricia, el egoísmo, la vanidad, la doble faz de la verdad. Nadie quería hacer daño a nadie. La desigualdad no existía.

Hoy he perdido todo eso. Seguramente he dejado de imaginar, de ser positivo y, definitivamente, he perdido la inocencia. Seguramente también río menos. Esto de pretender tener los pies en el suelo quizá acaba alejando de lo que llamamos felicidad. 29 años han impuesto el realismo sobre todas las demás cosas. Quizá el peso de la realidad es demasiado poderoso.

Pero en días como hoy también miro con esperanza al futuro. Creo sinceramente que no he perdido el tiempo. Y que he aprendido, he aprendido muchas cosas. Y esa es mi clave, mi secreto: no quiero dejar de aprender, de interesarme por lo nuevo. Mirar, mirar, buscar, buscar, avanzar, avanzar. Puedo haber perdido grandes dosis de imaginación y de inocencia: como decía Lorca, he comprendido que el gusano se ha convertido en mariposa, y que no había nada de magia en ello. Pero me quiero agarrar con todas mis fuerzas al inconformismo, a empezar cuestionándome a mí para cuestionar todo lo demás. No quiero una vida de “mano, parque, paseo” ni cosas por el estilo. ¿Misión imposible? Seguramente, pero me mantiene en pie y animado la esperanza de que, cuando acaben mis días, mire hacia atrás y piense que he aprovechado el resplandor de vida que he tenido. Después de todo, parece que sigo siendo un soñador. Lo mismo esa es la clave para seguir adelante.

Wednesday, July 11, 2007

¿Qué hacer?


Acabo de leer en El País que una ONG dedicada al apadrinamiento de niños, Intervida, está siendo investigada por desviar dinero a fines particulares:

La sede central y otras dependencias de la Fundación Intervida en Barcelona están siendo registradas hoy por orden de la juez del juzgado de instrución número 17 de Barcelona, que ha decretado el secreto de las actuaciones que se llevan a cabo. [...]

La juez ha tomado esta determinación una vez admitida a trámite la querella que el Ministerio Fiscal presentó contra esta ONG por los presuntos delitos de apropiación indebida, delito societario, estafa y asociación ilícita. Según la Fiscalía, los gestores de la Fundación Intervida habrían desviado millones de euros procedentes del apadrinamiento de niños del Tercer Mundo hacia la constitución de empresas e instituciones privadas.
Ante estas cosas... ¿qué hacer? Desde hace más de 4 años tengo apadrinado a un chico con esta organización. Su nombre es Eudaldo y es de El Salvador. Me enviaron entonces su foto: pura carne de cañón de 12 años. Supongo que ahora rondará los 17 y pocas cosas habrán cambiado. Se pocas cosas de él, salvo el dibujo que siempre recibo por navidades. Por un lado me siento engañado; pero también siento odio hacia unos directivos que han jugado con la pobreza y con los intentos de alguna gente de acudir a la llamada para paliar la crítica situación de algunas personas (seguramente para limpiarnos nuestra conciencia). ¿Hasta dónde hemos llegado? El colmo de la miseria humana: la pobreza, la pena y la miseria como inversión y negocio.

Pero ahora, ¿qué hacer? ¿Bloquear las transferencias mensuales? Si lo hago, no pagarán los culpables, y acabarán pagando los de siempre. Y si no lo hago, seguiré con la cara de tonto que tengo. Acepto consejos.

Tuesday, July 10, 2007

Estrés, mierda y churros


Me ha dado el agobio. Y yo que creía esto de la adaptación superado. Acabo de encerrarme en casa, apagar el móvil, y en este preciso momento el teléfono está sonando y me niego a cogerlo. Quizá tenía Megan razón cuando me decía en un comentario pasado que me ve como un extranjero en su tierra (yo también la veía a ella en Michigan). Es curioso, seamos los blancos más racistas que los negros (lo que creo verdaderamente), sea la Alhambra maravilla del mundo o no (¿quién duda de que no lo sea?) o nuestros políticos granadinos se peleen por quién es el que ha apoyado menos a la candidatura de la Alhambra… hoy yo quiero escribir este post para relajarme. Aunque se me vea (se me olvidaba, Anónimo) más guapo junto a mi hermana y Awen.

La siguiente anécdota me pasó la primera semana que andaba por aquí. Tras resaca brutal de bienvenida, caminaba yo junto a un coruñés casi ajeno a Granada por la Plaza de Bibrambla. Era mi adaptación a la ciudad, y todavía no había visto el rasgo más característico de nuestras gentes. Buscando una terraza para desayunar churros, intentaba yo impresionarlo: “esta es la Catedral”, “esto es la Alcaicería”, “este burro-aguador es un adefesio”, etc… hasta que llegamos a la mítica Plaza de Bibrambla. Caminábamos decididos hacia la terraza en busca del mentado café con churros. Cuando de repente:

X: “Mierda”
X acababa de pisar, resbalar y surfear sobre la mierda más pastosa y grande que he visto en Granada en todos los días de mi vida. Gelatinosa, olorosa, asquerosa… y marrón, muy marrón (claro). Para colmo, calzaba náuticos… con suela blanca. Yo intentaba disculpar la situación:
“Desde luego, es que la gente no tiene educación, bla, bla, bla”.
Y de repente, cual profeta oscuro de la noche (o de la mañana) rugió, o mejor, sopló el aullido del granadino típico, en toda su esencia metafísica. Un hombre sentado en un banco junto a nosotros, espetó:
“Titi, desde luego, llevas mierda y suerte pa tor día”.
No pude contener la risa. Intenté justificarme ante X:
“Ves, esto es la malafollá granaína, que también debes conocer”.
X respondió: “pues no tiene ninguna gracia”. Y digo yo: ¿quién ha dicho que la tenga?
Después de limpiarse afanadamente su suela, desayunamos. Dejé a X en la facultad de Derecho, donde acudía como miembro de un tribunal a cátedra. ¿Olería mal aquel día en la universidad?