Friday, February 09, 2007

De museos, pistolas, calles y tendones congelados



Hay que ser muy activo en Ann Arbor para no aburrirse. Por eso, los dos fines de semana pasados me embarqué en las excursiones que el llamado "Bus de la Cultura" (aquí todo tiene nombres tan rimbombantes) emprendía a distintos museos de la zona.

Hace dos fines de semana fui a Toledo (Ohio). Sí, Toledo. Otra Toledo: absolutamente plana, sin gente por las calles, sin "tres culturas", al noroeste del estado de Ohio. Pude comprobar que aquello tiene que ser todavía más aburrido que Michigan... y más peligroso. La foto del "prohibido" que inserto estaba justo a la puerta del museo. Señores: dejen sus pistolas en consigna que no pueden entrar con ellas a ver las obras de arte (disculpen las molestias).




El fin de semana pasado, Detroit. Algún día escribiré algo más sobre esta ciudad: no he visto nada igual en mi vida. Una ciudad que se hunde, de la que la gente huye... manzanas enteras, en el centro de la ciudad, abandonadas, con casas tapiadas para evitar los robos... (¿será algún día así alguna ciudad de España?). Allí fuimos al Museo de Arte Contemporáneo (MOCAD) y al Museo de Arte de la ciudad (DIA). El día no acompañaba para nada: -23 grados. Así llevamos toda la semana, pero gracias a Dios, las temperaturas han ido "subiendo" a lo largo de la semana. Hoy, -13, que no está nada mal.


Hoy me ha empezado a doler la mano derecha. No puedo escribir bien al ordenador; es como si tuviese los dedos engatillados. Parece que esto es normal: a varios compañeros del departamento les ha sucedido lo mismo. Roberto, un amigo, ha visitado al médico y parece que no tiene nada. Ahora bien, le ha recomendado calor: los cartílagos de la mano se han congelado.

Y en esas me encuentro: en un país donde los museos, las pistolas, las calles solitarias de Detroit y mis tendones congelados intentan acabar esta noticia. Si lo he hecho, es porque he "metido" las manos en la tostadora.

¡Ah! por si no lo había dicho, ¡quedáis todos invitados por estas tierras del Mid-West americano!

9 comments:

Anonymous said...

MIGUE, MIRA QUE TENER QUE METER LAS MANITAS EN LA TOSTADORA PARA CALENTARTE. UN MUCHACHO, JOVEN, GUAPO E INTELIGENTE COMO TÚ...

¡BÚSCATE UNA BUENA GRINGA, COÑO, QUE ALGUNA HABRÁ! ¡DEJA BIEN ALTO EL PABELLÓN ESPAÑOL! .. Y OLÉ

BESITOS

INÉS

Anonymous said...

¡Por fin! ¡Una foto del protagonista!

Anonymous said...

Me alegra ver que por lo menos, entre zonas industriales, americanos sin personalidad, leyes inconcebibles, libertades cohartadas, frio demoledor, pistolas por doquier, carteles tan curiosos como surrealistas... hay un bus de la cultura, aunque el nombre sea bastante ridículo y rimbombante, y puedas aprovecharlo. Espero, al menos, que esa cultura que conecta, sea más o menos interesante.

Por otra parte, y reflexionando sobre lo que cuentas, en España o Europa no se nos ocurre pensar que el que está al lado tuya observando un cuadro, escultura o performance, pueda ir armado. Allí, ese cartel debe ser lo más normal del mundo (en restaurantes, museos, cines, bares...), y que esa "normalidad", junto con las ciudades que describes, pueda alcanzar Europa u otros confines del mundo que se salvan todavia, verdaderamente da bastante miedo... por lo menos a mi me provoca terror. Pero más pavor me da pensar que en los sitios anteriormente nombrados pueda no existir ese cartel ( y que ni contemplen colocarlo) y ande compartiendo peli, hamburguesa o bistec con cualquiera que pueda sacar un arma en cuanto se le funda un fusible o no le guste el color de mi corbata o jersey... conozco relativamente bien EEUU y aún así, nunca me acostumbro a esa sensación de "tanto por ciento más elevado de que me pueda pasar cualquier cosa"...

Besos

Bobby said...

¡Awen cuánto tiempo si verte por "El blog de bobby"! Gracias por el comentario. Te imaginas un cartelillo por el estilo en, mmm, digamos, mmm, La Alhambra? ;)

Anonymous said...

ay, querido miguelito, espero que nunca veamos un cartel de esos en la Alhambra... no quiero ni imaginarlo. Y que nunca se necesiten detectores de metales ni nada por el estilo.

Que mejore tu mano que necesitamos que sigas escribiendo.

Pd: hacía tiempo que no comentaba, pero me meto a diario a ver si has publicado algo... siempre te tengo en mente, mon amour.

alithia said...

Bonito cuadro. Muy del estilo de Rothko, no?

Aún no he visto un cartel tan directo; a lo sumo un escáner, alguien que revisa el bolso o un aviso de no entrar con utensilios punzantes o materiales inflamables (DC)... dentro de lo usual en otros países, sin embargo.

Las armas de fuego quedan en las circulares de la policía universitaria, donde alertan contra posibles disparos si no eres diplomático al echar de tu fiesta a polizones (tres casos en los últimos dos meses dos calles más arriba). Conoces ya algún triste caso de esos en directo?

Bobby said...

No... Ann Arbor es lo más tranquilo que he visto en mi vida. Alguna gente deja la puerta abierta de casa. Sin embargo, Detroit, a 40 minutos... es la muerte.

El Cinéfilo Ignorante said...

Oh, Rothko, qué maravilla de formas y colores.

Migue: este me ha parecido un blog más que interesante. Llama la atención la horrorosa temperatura ...aunque una vez conocí a un ejecutivo agresivo que pasó unos meses en Chicago y que decía que, para él, aquellas temperaturas, eran "invigorating".

Por cierto, a ver si te arrepientes de invitar al personal a tu Ann Arbor, que uno (este Polo que te escribe) es capaz de aparecer por ahí.

Estoy con Inés con lo de la gringa. Y viva el sentido del humor.

Lo del cartel sí que parece humorístico. Se parece a los formularios de entrada en el país cuando te preguntan si has sdo terrorista.

Te felicito por este texto.

Esteban said...

Me alegro de que te estés divirtiendo por aquellas tierras. Soberano coñazo debe de ser Michigan para que escribas lo que escribes. Fargo no ocurría por allí???

A ver como es Bruselas, que a mi me quedan apenas dos semanas.

Un abrazo, gran hombre.