Thursday, July 24, 2008

30


Hace poco más de un año escribí un post, "29". Como este que ahora escribo, estuvo motivado por cumplir años, por dar un paso más en la vida... y un paso más hacia la muerte. Recordaba entonces que había perdido la inocencia, que la imaginación y la esperanza comenzaban a desvanecerse en mí. También hacía una declaración de mi inconformismo: no quería una vida de "mano, parque, paseo".

Ha pasado un año desde entonces. Hoy vuelvo a leer lo que escribí y permanece más vivo que nunca. Sigo con fuerzas para agarrar la vida hasta ahogarla y hacerla gritar, estrujándola contra mi pecho, sacando lo mejor de ella y, así, obteniendo lo mejor de mí. Pero amigos, los 30 son diferentes. Son más oscuros. Pasé ese día con un extraño pensamiento en la cabeza: por primera vez no sólo pensaba que me estaba haciendo mayor... sino que entró en mí la idea que me estaba acercando a la muerte.

Pensé entonces que era terrible. Terrible porque, como estos últimos días han dejado claro, tengo muchas personas alrededor que me hacen tremendamente feliz: algunas conocidas, otras en proceso de conocer y otras por venir. Excepcionales.

Pero por primera vez he avistado en el tiempo el punto de llegada, la muerte, el final. En un momento en que mis convicciones religiosas se desvanecen poco a poco, abrazo con más fuerza que nunca la vida y contemplo a la vez la posibilidad de desvanecerme. Pero esta imagen. Esta imagen hace que lo negro se vuelva claro, que lo dramático se vuelva natural y, por qué no, que la muerte que algún día encontraremos todos se convierta en vida: "El camino al jardín del Paraíso", de E. Smith. Hoy sueño llegar al final de mis días con esa inocencia, con una mente joven y repleta de sueños; y llegar de la mano de alguien con quien, tras compartir los días, comparta la nada.

3 comments:

Anonymous said...

Ser consciente de la muerte nos ensombrece, pero también, cuando te acostumbras, te ilumina porque cada se exprime.

Alguien dijo en un post sobre la muerte que los únicos que saben y piensan en la muerte a diario son los ancianos. Ya dije que no lo veía así, que todos llegamos a ser consciente de su posibilidad antes o después, algunos nunca.

Bobby, no es malo convivir con esa idea, pero úsala para iluminarte, no para entristecerte...

Anonymous said...

La muerte, siempre se piensa un poco en ello, la ves más cerca o más lejos, no hace falta que el tiempo te recuerde que se acerca, puede estar en la próxima esquina, de cualquier forma, un adoquín o vete tu a saber. El que pienses en ella quizás te haga que te alegres más de la vida, que busques nuevas metas, que vivas a fondo.
Si, quizás debería pensar en la muerte, debería hacer resonar tus palabras en mis oídos, lo siento, estoy anestesiado por una vida de "pasan los días", y eso puede hacer que se desvanezca como un cubito de hielo y cuando vaya a pensar en ella será porque la tengo cara a cara.

Un saludo y felices 30, los mios volaron, anonimogr.

Anonymous said...

Verás bobby, nadie puede aconsejar en este tema. Se puede hablar y opinar que si los jóvenes o si los ancianos (fui yo, pero no recuerdo muy bien lo que dije... debía ser algo parecido al que sabe realmente lo cercano que es su final y no una idea romántica del exilio eterno... en fin ese es otro tema), de si el cielo o el nirvana o el puto averno. Lo cierto es que tenemos fecha de caducidad y eso nadie lo evitará... y al final estamos solos y rodeados de tanta gente como hayas conquistado en tu vida con todo lo que tú eres. Y tú eres un tío grande y tengo ganas de verte y darte un abrazo. Ya estoy mejor. Cuídate y bienvenido a la treintena.

Por cierto la imagen es preciosa. Tu tienes un jardín para poder contemplar la tarde vestirse de hojas y luz. Un jardín para una noche de rumores dormidos.

Dr J.