Tuesday, July 08, 2008

El viaje de la media luna


El domingo pasado cogí un autobús desde Málaga a Madrid. Terrorífico: la máquina se caía a cachos, renqueaba subiendo cualquier repecho, íbamos apretados como sardinas, no había películas ni radio... Pero en la tripulación se dejaban sentir el "efecto AVE": el mortífero trayecto a Madrid queda reservado para las economías más humildes.

La media de edad de los pasajeros rondaba los 20-30 años. A mi lado, una chica con el pelo oscuro, piel más o menos oscura, labios amplios, muy de verano, algo nerviosa en su actitud, y con ropa bastante ceñida. Podría ser cualquiera de nosotros: en actitud y aspecto era andaluza por los cuatro costados.

Pero Rashida es marroquí. Nació en un pueblo junto a la frontera con Ceuta, en la zona de Tetuán. Lleva 7 años en España. Decía que su nombre significa "camino recto", pero desde luego, su vida en nuestro país dista mucho de serlo: ha tenido todo tipo de empleos, algunos de sus jefes la han explotado, aunque habla bien de algunos; algunos españoles han llegado a insultarla por la calle o a colgarle el teléfono cuando pedía trabajo y confesaba su procedencia; otros, sobre todo los andaluces dice, también se han portado bien con ella; y no lo duda: lo mejor del país es la sanidad. Ahora lucha por legalizar su situación. Pero aún no está segura: en su bolso llevaba un manojo de papeles, nóminas, e incluso tickets de supermercado para probar que vive entre nosotros.

Pero Rashida también es creyente. Hablaba emocionada del Islam, de cómo Jesucristo, bajo otro nombre, también es un profeta para ellos, de su relación con Dios... Siempre es un placer ver la cara y escuchar la voz de alguien que cree en algo y le hace feliz. Pero también estaba la otra cara, la de la moral, la que nos diferencia. Mientras que el autobús cruzaba La Mancha quijotesca, a la media noche, ella hablaba emocionada; yo la miraba y, por la ventana, veía una media luna perfecta. Habló entonces de lo malvados que son los judíos, de que no sería capaz de compartir su vida con un hombre que no se convirtiese al Islam, de la pérfida naturaleza de la mujer...

Aunque la media luna esté sobre nosotros, cada uno la mira de una forma. Cuando la vi marchar, con su maleta y su ropa occidental, pensé que la mayor lucha de Rashida no estaba con las autoridades españolas o con el desprecio de algunos de nosotros. Seguramente estaba consigo misma.

8 comments:

Anonymous said...

¡Cuántas conversaciones similares he tenido! Pero con occidentales también. Los mismos tópicos que comentas los sigues oyendo entre católicos, protestantes, judíos...

Todos en realidad luchamos contra nuestra propia educación por buscar nuevos valores, pero a veces los valores de antaño tienen cimientos hormigonados.

Anonymous said...

Sin radio ni televisión, ¿qué autobús cogiste?, jeje, al final tuviste suerte y pudiste compartir esa larga charla, judio, cristiano, musulman, quizás en el momento de radicalizarnos es cuando no podemos comunicarnos, pero dentro de estos grupos religiosos, y de todos los demás, hay gente común que no piensa en odios o en historias e incluso que no hace de su religión su forma de vida, sino que la vive como mejor cree, nada más que ver las cifras de venta de preservativo y la cantidad de gente que se declara católica, desde luego como todos los católicos cumplieran, habría muchos "machotes" de más de 50 preservativos diarios, jeje.

Un saludo, anonimogr.

PD. después de más de un año por fin nos cruzamos miguel, tu último viaje a Granada e incluso cambiamos algunas palabras. Un abrazo.

Anonymous said...

¿Os habéis visto? ¿Dónde? ¿Quién es anonimogr, Bobby? ¿Hablasteis? ¿Último viaje a Granada? ¿Ein?

Anonymous said...

no me presente lógicamente por eso sí miguel cae en quién pudo ser me mantenga el anonimato.

Bobby said...

Mmmm... no sabía yo que Anonymousgr fuese al banco a finales de mañana... eras tú o no eras tu?

Anonymous said...

enhorabuena por tú plaza, 30 euros, no?.
Premio.
Ahora no se sí te sonaba mi cara aparte de tener mucho lio esa mañana de banco y trabajo. Estabas en mi barrio.
Por cierto sí me recuerdas ¿Cuento con tú discreción?

Natalia said...

La media luna y lo que no es la media luna. Las percepciones varian en distancia de milímetros, pero cierto, hay muchas luchas internas que se proyectan en carnicerías externas.

Alfredo said...

Creo que conozco a Rashida.

Si es la misma chica que conocí, espero se encuentre bien allá donde esté.

Alfredo.