Wednesday, December 31, 2008

Ciudad Pegaso, el presente y nuestra responsabilidad


Otro año que se va. A algo más de 4 horas del 2009. Quedan atrás 365 días en que mi vida ha cambiado de forma radical. Londres es ya recuerdo, como el ser becario o el estar solo. Pero como le pasa al tiempo, pasado, presente y futuro se entremezclan.

Pudo ser el caso de la noche del sábado pasado. M. y yo fuimos a un concierto en "Ciudad Pegaso". Una barriada fundada por el Instituto Nacional de Industria, dirigido por Juan Antonio Suanzes, allá por 1956. Destinada a ser residencia de los obreros que trabajasen en la fábrica de la empresa estatal de camiones, es un pequeño y sencillo barrio a 11 kilómetros de la Puerta de Alcalá. Ahora es un espacio por el que han pasado los años, un suburbio con olor a último franquismo, pero con la fuerza reivindicativa que da la humildad del suburbio.

Allí nos dimos cita M., nueva en mi vida; mi viejo amigo y compañero Alex, conocido de Londres; y los amigos de este último. La ocasión lo merecía: un concierto de Rock de una banda de amigos que celebraban 20 años tocando juntos.

Era un local pequeño pero acogedor. Por la barra, por nuestras manos y por nuestros labios desfilaron bebidas de gente que ya ha pasado la barrera de los 30: whiskeys con hielo y, sobre todo, mucha ginebra con tónica. Y cubriendo todo, desde una esquina del local pero inundando las almas de los presentes, los mejores clásicos del blues y del rock n' roll. Van Morrison, Jimmy Hendrix, Dylan... hasta Tom Jones! Tras el intermedio, de principio a fin, The Rolling Stones.

Fue cuanto menos especial escuchar cómo se cerraba el concierto. Los tambores, rifs y aullidos de 'Sympathy for the Devil' lo cubrían todo, uniendo el tiempo de los sueños de los 60 con la vida de todos aquellos treintañeros un poco pasados y azuzados por la crisis económica. Los muros vibraban con lo salvaje e irracional del rock, con el 'tum, tum' repiqueteante del bajo y la percusión. El local levantado por el franquismo retumbaba y cambiaba de sentido. Como el de nuestros cuerpos que, ya pasados los treinta, tienen responsabilidad directa en el curso de un mundo que no hace nada más que empeorar. Así, mientras apuramos los últimos segundos del año, cada vez tenemos menos excusas para justificar que no somos responsables de lo que tenemos.

5 comments:

Anonymous said...

Feliz Año, Bobby, es imposible ya justificar nada, nunca ha sido posible y ahora menos que nunca, pero por favor, deja de recordarnos que hemos pasado la barrera de los 30 y ya parece que vamos en picado... estamos en la flor de la vida!!!

alithia said...

"de un mundo que no hace nada más que empeorar..."

Es cierto que no aprender de la Historia y cometer no los mismos, pero sí tan similares errores, es en cada iteración más desesperanzador... pero no tiremos la toalla, Bobby :-\

Sabes bien que aunque lo peor de la Humanidad aun se manifieste con rotundidad, no quita que lo mejor de ella también se conserve al menos como el primer día.

Hagamos lo que podamos, aunque sea comenzando por nosotros mismos! (una especie de principio de Huygens aplicado a la buena voluntad). Ainsssss... que voy a sonar como un eslogan demócrata, pero perdiendo la esperanza en el cambio a mejor sí que estaremos perdidos :-\

Pero bueno, que yo sólo venía a desearte un FELIZ 2009 cuando tuve el placer de leer esta entrada :) Que vengan muchas más y nos des guerra! (de la sana, claro; de la que salva vidas o cuando menos ideas).

A disfrutar lo mejor de lo nuevo sin perder lo mejor de lo clásico!

Un abrazo muy fuerte y cuídate mucho.

El Cinéfilo Ignorante said...

Lo primero es desearte un muy agradable 2009. Lo segundo, alegrarme de haberte encontrado y darte un abrazo.

La descripción del evento parece un viaje por el túnel del tiempo. Y es que el pasado nos resulta fascinante. Bueno, creo que los historiadores lo saben muy bien...

Antoño said...

Muchas gracias por el calificativo "suburbio" que le has colocado al barrio donde crecí. No se de donde eres pero me gustaría visitarlo para calificarlo.

Bobby said...

Antoño, mis más sinceras disculpas. No crecí en Madrid sino en una ciudad de provincias. De modo que el calificativo de "suburbio" para ciudad Pegaso no quería tener ninguna carga peyorativa. Todo lo contrario: en el post llamaba la atención sobre ese otro Madrid, desconocido para mí y lleno de carácter.