
No conocía a Jeremy Bentham. Fue un inglés de finales del siglo XVIII que, además de niño prodigio en su infancia, escribió algunos de los tratados jurídicos más emblemáticos del Derecho moderno. Pero lo que me ha llamado la atención es otra cosa. En 1791 publicaría "El Panóptico", un tratado sobre derecho penitenciario. El DRAE da la siguiente definición de "Panóptico": "Dicho de un edificio: Construido de modo que toda su parte interior se pueda ver desde un solo punto". Bentham diseñó un proyecto de cárcel revolucionario: un edificio en el que, desde un sólo punto, un vigilante podría conocer los movimientos de todos los presos. Al comienzo de su obra Bentham dejaba claro los objetivos de su tratado:

Bentham escribía a finales del siglo XVIII. Y está claro que su proyecto no sólo iba dirigido a las cárceles, sino a la sociedad entera. Aunque nunca llegó a realizarse plenamente, inspiró las reformas penitenciarias posteriores, así como las ideas de vigilancia y de control que los Estados pusieron en práctica sobre sus ciudadanos. Quizá es el bueno de Bentham el que está detrás de algunas cosas que me rodean ahora mismo: mientras que escribo, todos mis movimientos por internet están localizados (también los vuestros cuando leéis esta post), y también lo estarán por las cámaras de seguridad de esta biblioteca, o de las calles del campus, o del autobús o el metro que coja para volver a casa. Al fin y al cabo, Bentham falleció en Londres, donde hoy me encuentro.
7 comments:
Está claro, hay una ecuación que no falla: + "seguridad"= - libertad
Cuando Foucault interpreta, en "Vigilar y castigar", la sociedad del espectáculo pre-postmoderna con la metáfora de Bentham, no le yerra, desde luego. Habría que preguntarse, a veces te da por ahí cuando piensa uno en los inventores, si cuando Bentham diseña los planos de su cárcel, experimentó un vértigo que quizás lo habría llevado a dudar si destruir sus planos: no estaba haciendo una cárcel, estaba trasladándola a la cabeza de los individuos, estaba cambiándolos, haciéndolos con miedo. Las máquinas, ciertamente, son sociales.
Saludos,
Jesús Montoya
Migue,
Bentham es super interesante. Y no sólo porque va a inspirar a Foucault y a Orwell en 1984, sino porque defendió la idea de la reinserción penitenciaria. Idea que, por desgracia, nunca ha llegado a triunfar
Besitos
Inés
Pd. Tengo que escribirte y contarte. Estoy desbordá. Pero te adelanto: CON SUERTE PUEDE QUE LA OPOSICIÓN SE CELEBRE EN DICIEMBRE
vivimos en una carcel tan grande, que nadie se da cuenta que estamos dentro de ella.
Bueno, tienes en Jerez algo parecido, la bodega de williams&humbert, construida por JMRuiz-Mateos, la mayor bodega de Europa sobre un casco, tiene un punto que te subes y puedes contemplar todo ese vino bajo tus pies, espectacular, por visión y por aroma, jeje.
En fin, que si somos observados y vigilados, cada vez más, "bonito" futuro el de Minority Report, identificación del iris a distancia y control absoluto de la persona.
Un saludo, Anonimogr
Estimado Bobby: Buscaba recién una imagen del panóptico mientras estudio a Foucault, y me encontré con tu blog.
Siquiendo el hilo de tus comentarios y tus comentaristas, me parece que lo más inquietante es la autovigilancia y la propia subyugación al orden y a las normas... sin distancia, sin espacio.
Me pregunto si la excentricidad que ha caracterizado a los ingleses, su humor y su afición al juego, serán un modo de escapar de su singular panóptico.
Saludos!
Pues puede serlo anonymous... quizá el hombre y su actitud puede hacer frente a la vigilancia y al control de las instituciones que él mismo ha creado.
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