Thursday, February 21, 2008

Esperando / Waiting

Estoy esperando. Otra vez. Esperando el avión que me lleve, ya de noche, a Londres. No sé si es un viaje de ida o de vuelta. Quizá porque, después de casi un año y medio viviendo fuera de Granada, no sé si mi hogar está aquí, en el sur, o en cualquier parte del mundo.

Espero con las piernas cruzadas. Con el portátil apoyado sobre ellas. Junto a mí sólo tengo la mochila marrón que, al terminar la carrera, compré para llevar mi primer portátil; la misma que me acompañó durante toda la tesis, peregrinando por archivos, bibliotecas, ciudades y pueblos. En mi bolsillo guardo varias tarjetas de crédito. Una registrada a nombre de Mr. Del Arco; otra a nombre del Sr. Del Arco. Son trozos de plástico más o menos gastados, donde las letras metálicas de mi nombre comienzan a perder su brillo; son símbolos de una vida encabalgada, del uso de dos monedas, de un ahorro inexistente, de vivir al día o incluso segundo a segundo.

A estas alturas, no sé si vengo o voy, si mi viaje es de llegada o de salida. No sé si el futuro está en Granada, en Londres o cualquier otra parte. No sé si es más importante lo que dejo o lo que voy a encontrar. Es una sensación que me es conocida: la llevo sintiendo desde que volaba hacia Michigan el año pasado. Y confieso que empiezo a cansarme. Cada vez que piso un aeropuerto, una estación de autobuses o de trenes, tengo la sensación que mi vida es solo eso, viaje, tránsito, movimiento… con un destino que nunca parezco alcanzar. Quizá la vida sea sólo eso. Sin duda las cosas que he encontrado en mi camino me han hecho crecer: golpes, alegrías, caídas, desvanecimientos, esperanzas, aventuras… y caras, muchas caras de gente que me han abierto otras vidas, otros sentimientos, otros mundos. Pero comienzo a estar cansado. Me tienta la cotidianeidad, centrar mi vida, atarme a un lugar, hacerme un círculo más o menos cerrado, donde controle lo que hago y hacia donde voy día a día. Será el espíritu de conservación -maldita biología- que todos nosotros parecemos llevar dentro. Creedme: ambas opciones tienen puntos oscuros, pero también luminosos. Ambas merecen ser vividas, y yo tengo la oportunidad de hacerlo. O eso es lo que pienso, consolándome y animándome, mientras que la megafonía de este pequeño aeropuerto anuncia la salida de un vuelo barato.
[Aeropuerto Federico García Lorca, Granada, 21.00 horas, 20 de febrero de 2008]

11 comments:

Anonymous said...

Y eso que te acababa de dejar Natalia. ¿Qué te dijo? ¿Qué te dijo?

Ánimo, que ya pondrás el culo en algún sitio, probablemente en Granada. Si el viaje siempre es interior...

A ver si te vienes y comemos en los comedores universitarios. Genial eh, que ya se te habrá olvidado, 3€ y casi como si cocinara la abuela.

Por cierto, el otro día estuvimos escuchando a Alberto Manguel. Impresionante.

Carmina said...

Ay pobre Esteban, ¡qué mal debe (o debía, no lo sé) cocinar tu abuela...

Un breve comentario para decirte que eres un copiota, hombre. Que acabo yo de escribir algo así... ya no hay vergüenza ni ná, plagios hasta en los bloccssss.
No, es broma, ya sabes.

Gracias de nuevo por todo y ánimo en la recta final. Me encantó Granada y me encantó verte (a mi hígado menos, pero se recuperará). Por cierto, creo que hay una conspiración en el Cañada contra mí, no dejan de poner conferencias interesantes. Cabrones!!! ahora que ya no estoy!
En cuanto a lo de las transiciones y aeropuertos varios, me temo que sí, que eso es la vida o como dijo alguien una vez: la vida es lo que te pasa mientras haces otros planes (o algo así).
Hala, besicos mil

Anonymous said...

Realmente, estoy tan entusiasmado con la calidad/precio de los comedores que tengo excesos Carmina. Mi abuela es la mejor chef que conozco. Podríamos hacer un concurso de abuelas cocineras jaja

Además debo tener cuidado que también lee blogs, aunque de momento creo que del mío le cuesta salir.

La frasecilla esa que te suena es de John Lennon.

El comentario copiado ... ?? no sé a que te refieres. ummm

Por cierto, hablando antes de Lennon y ya que creo que tú eres otras de las londinenses. En la calle "paralela" a Regent Street, Savile Road, está la famosa azotea donde los Beatles dieron su último concierto. Miguelitooo te quiero ver ir en peregrinación, de rodillas y con el MP3 puesto escuchando revolution number 9 hasta que llegues.

N said...

Esteban, inspiro estas cosas. Tengo tal conversación que cuando dejo a la gente en los aeropuertos, ya no saben si vienen o van.
Miguelito, para quedarte o no, viéndote más o menos, siempre es un placer tu vuelta.

Bobby said...

Esteban: Carmina tuvo una mala experiencia en los comedores universitarios, que te la cuente.
Carmina: un lujo teneros por Granada. Mi hígado también se resiente. La próxima visita me toca a mí. Por aquí se os sigue recordando.

Anonymous said...

Hay que joderse, tú de aquí para allá, y eso te quema. Otros sólo nos movemos para ir de casa al trabajo y tambien nos quema, somos la leche, si te parece hacemos un trato, nos cambiamos la vida un tiempecito y tos contentos; ¿hace?.
Cuidate mucho. Mª Ángeles y yo te recordamos con mucho afecto y nos gustaría volver a pasar un buen rato juntos.
Un abrazo fuerte

Anonymous said...

Cariño, ¡no sabes hasta que punto te entiendo! ¿cuántos años he estado así? y cuando empezaba a llamar a un sitio hogar... me mudaba. Llevo 13 mudanzas en 14 años que harán ahora. Todas mis cajas con mi vida de esos años están ahora mismo congeladas, guardadas en el trastero a la espera de mi próximo movimiento. He vuelto a Granada, pero sigo sintiendo que estoy de paso, como en el resto de ciudades por las que he pasado, quizás continúe ese sentimiento dentro de mí toda la vida... quizás es que nació conmigo. Y a veces pienso que siempre seguirá conmigo... es una forma de vida, una forma de sentir y huir en cierta manera.

El Cinéfilo Ignorante said...

Mmm. Me ha gustado mucho tu texto, sobre todo, porque nos pasamos la vida 'waiting' en muchas partes distintas y en muchas ocasiones repetidas. De ahí el cansancio.

Llegará un momento en que, sin quererlo, llegará ese círculo cerrado y la inmobilidad/tranquilidad (tache lo que no interese) y, entonces, habrá momentos de nostalgia y arrepentimiento.

Uno lleva... 9 mudanzas exactamente cargado de libros, que es lo que más pesa pero de lo que uno tampoco se puede desprender. Llegará un momento en que no quiera hacer más mudanzas por muuucho tiempo. Y también se aburrirá.

¡Quién pudiera tener dos viviendas propias y mudarse entre paredes conocidas pero diferentes! Y no me refiero al chal-lé.

Los aeropuertos, Bobby, símbolo del aburrimiento y del cambio a la vez, son relucientes armas de doble filo. Un saludo.

El Cinéfilo Ignorante said...

La frase sobre la vida la canta John Lennon en "Beautiful Boy (Darling Boy", del álbum 'Double Fantasy'...

Jesús said...

Migue,

recuérdame que la próxima vez que vaya a LOndres, no te llame para quedar.

Buen viaje de vuelta,
´
saludos,

Anonymous said...

Rápido tu regreso y rápida tu partida. La velocidad despeña las horas, pero has aprendido a pulirlas. UN gran abrazo, camarada.

Dr J.