Thursday, February 07, 2008

Spanish Embassy


No todo van a ser reflexiones metafísicas en este blog. Sí, ya sé que quedaron atrás esos días de noviembre y diciembre de 2007 donde abundaban también los periplos por los bares, mercadillos y cualquier excusa para el ocio. Este es un blog de postín, de categoría y a veces poco entrañable; por todo ello, os animo a que os vistáis de gala y me acompañéis en este post.

El pasado miércoles, algunos investigadores del Cañada Blanch (el instituto de historia contemporánea donde trabajo, insertado en la LSE) fuimos invitados a la Embajada española en Londres. La excusa -y qué buena excusa- era la conmemoración de los 200 años de la muerte de Antonio José Cavanilles (1745-1804), quizá el botánico español más destacado de todos los tiempos. El embajador, conde de Miranda (¿o tal vez era marqués?), presidiría el acto. Se requería chaqueta.

Ya el sábado pasado, nos pasamos por el mercadillo de Camden Town para buscar cualquier chaqueta o ropaje que aparentase seriedad. Nuestra economía no nos permitía otra cosa. Por supuesto, no encontramos nada. Finalmente, y por consejo de mi buen amigo Toni, un fiera en esto de las gangas, dimos con unas chaquetas de saldo en una tienda de postín en Oxford Street.

El miércoles, a eso de las cuatro de la tarde, ahí estaba yo, en mi casa de West Norwood, barrio popular donde los haya. Todo listo. Menos una cosa: la corbata. O mejor, el nudo de la corbata. Finalmente, en la soledad de mi cuarto vencí el miedo, "googleé" en el ordenador y encontré la receta para hacerme el nudo. Satisfecho, o eso creía yo, salí a toda prisa.

La Embajada está en el barrio de Chelsea, en Belgrave Square. Quizá es la zona más rica de Londres. Y allí estábamos todos. Yo, confiado, contento con mi nudo y mi independencia viril, símbolo de madurez... cuando, nada más entrar, alguien me pregunta:

-¿Cuántas veces te has hecho el nudo de la corbata?
-Es la primera, respondo feliz.
-Se nota, me replican.

La casa era impresionante. Era una mansión victoriana, con muros y molduras en blanco, artesonados y techos de escayola fina, cortinas impresionantes. En las paredes colgaban tapices del siglo XVIII, y otro salón estaba cubierto por cuadros enormes pintados por el yerno de Goya. A la entrada, había un bargueño de esos que los conquistadores llevaban a América, con un Belén en su interior. Todo, al parecer, Patrimonio Nacional.

El acto en sí fue ameno. Los asistentes, de punta en blanco. Las mujeres muy elegantes. Y los hombres, con chaqueta y nudos de corbata más presentables que el mío. Este Cavanilles fue un tipo interesante: de ser sacerdote en Valencia, le dio por salir de su ciudad, acabando en el París de la Revolución Francesa y en el Madrid de Carlos IV. Desde su jardín botánico descubrió al mundo más de 200 plantas. Y, dos siglos después de su muerte, a nosotros nos descubría la Embajada.

El acto acabó con unas entregas de regalos entre las diversas instituciones. Entonces, tomó la palabra el embajador y animaba a compartir un vino. Empezaba lo bueno.

El ágape fue servido en un salón impresionante, con una mesa de unos 15 metros de largo, con sillas antiguas y acolchadas en terciopelo rojo. El comienzo no fue muy triunfal, con toda sinceridad. Alguno de mis compañeros calificó al jamón como "de Mercadona". A mí, acostumbrado a los pocos lujos londinenses, me supo a gloria. Luego vendría lo mejor: calamares, gambas, dátiles con bacon y otras degustaciones que no puedo dejar de calificar como entrañables. Quizá fueron los calamares y, sobre todo, las croquetas, los reyes de la noche. Aunque el vino blanco tuvo "su aquél".

Precisamente con una copa de vino nos paseamos por la casa, acompañados por la agregada cultural. Nos relató en breve su historia. Al parecer, fue comprada por 100 años al duque de Westminster; pasado ese tiempo, volverá a sus manos. Este señor posee gran parte de la zona donde nos encontramos y, por lo que deduzco, nunca pasará hambre. El dueño anterior de la impresionante mansión fue, nada más y nada menos, que el armador que construyó el "Titanic". Nos enseñaron el salón, con una impresionante chimenea, donde supuestamente se firmaron los planos.

Y poco más. Conversaciones, muchas formas y maneras, muchos "usted", "señor" y "señora". Fue toda una experiencia, hay que confesarlo. Pero como tomando una tapa con los amigos y dejándose llevar... no hay nada. Quizá soy demasiado castizo. Además, para quiénes os lo estésis preguntando... para colmo en la reunión del embajador, no hubo "Ferrero Rocher".

15 comments:

Anonymous said...

jajajaja, no tienes foto del famoso nudo de corbata? a ver si googleando te hiciste un nudo indonesio o vaya usted a saber... yo recuerdo un nudo de corabata bien hecho en la boda de mi hermana, pillín! quién te lo haría?

Vaya, mucho curre, pero también elegantes encuentros... aunque en esos sitios es normal que te quedaras con lo entrañable de compartir vino con los amigos... y es que al final es lo que nos queda!

No me has dicho cuando vienes, tunante, que tengo que ver que fecha me voy a verte!

Besos

Anonymous said...

Migue, tio, un nudo de corbata, jeje, hombre que no hayas ido a "puestas de largo" y demás, jeje, es normal, (yo tampoco), coñe, pero seguro que alguna vez te has tenido que poner la "soga al cuello", jeje, tampoco es tan complicado, nudo sencillo, winsor, aunque a mi me gusta más el medio winsor, y la corbata, jeje, no todas son iguales, y no por el estampado o el tejido, de seda o lana, sino también por como te hacen el nudo, nada de Hermés o Loewe y 150-250€ de corbata (generalmente nada del otro mundo), cobatas de *** o de *** que hacen unos nudos magníficos y suelen ser bastante elegantes.

Que otra cosa no, pero un español arreglado con traje le da sopa con ondas a cualquier guiri, sobre todo los de Usa, Alemanes y demás, jeje.

En cuanto a la recepción, me recuerda a mi visita a la embajada española de París, totalmente distinta, pero con un punto en común, fué en uno de los tours de Indurain, llegada a París y la embajada hacía 2 recepciones, una cual la tuya, de postín y la otra al pueblo llano, osea los que ibamos en bermudas con las banderas, el sudor de 4 horas al sol y un hambre leonina de una semana comiendo bocatas de atún (por supuesto español), el común fué como nos lanzamos a los bocatas y "los" cocacolas que la embajada, con tan buena vista, había preparado para los hambrientos españoles en su jardín, supongo que no te tirarías como nosotros, pero seguro que poco te faltó, jeje, buena comida española en el centro de londres, aunque sea tipo catering, siempre es una delicia.

Saludos, anonimogr.

PD. en cuanto al botanico, siempre pasa igual, los españoles eminentes se conocen solo en el extrangero, que pena de España, aquí solo bisbales y belenes estebanes son las que paralizan el pais.

Anonymous said...

discrepo en algo, anonymous, un pedazo de alemán es siempre un pedazo de alemán, y vestido de chaqueta, pufff, aunque lo prefiero más hippy o surfero... es que has nombrado mi debilidad!...

el español, depende de cual... porque el de la boina del pueblo con la panzorra, el sudor y eso, aunque se vista de chaqueta... mono se queda

Anonymous said...

Bueno creo que no discrepamos mucho, pon un alemán con su traje tres tallas más grande, y eso que ya es muy grandeeeee, camisa parda con cuellos de los 70, corbata fina de colores tristes y tienes al mismo cazurro español, de 2 metros comiendo salchichas y bebiendo cerveza

Anonymous said...

joe, quillo, abundan menos... que me digas que los trajes les quedan mejor a los españoles en general que a los ingleses... pues mira, si, cierto. pero alemanes, daneses, holandeses... habrá feos, no digo que no, pero... puf, en general no!

bueno, ultimo comment sobre nuestras aficiones étnicas, ciñámosnos a las plantas y a las embajadas... emh bajada al moro, vale? jjajaja, que malo...

Jesús said...

Últimamente me apetece más leer que escribir, y me alegro de que a ti no te de pereza hacerlo, porque es estupendo leerte.

Qué bueno que alternes con la aristocracia y los descendientes de Blanco White.

Yo de nudos no sé nada tampoco, eso que tuve que hacer nudos de ochos en campamentos para dar asco.

Abrazo,

Jesús.

N said...

Jaja, está bien el temita ¿no hubo un alma cándida que te hiciese mejor el nudo?
La verdad es que esas cuchipandas están divertidas, se llega muy animado a casa.
Y por cierto, anonimo y awen, en mi opinión, todos los hombre ganan mucho en chaqueta. Y a mi la cobarta me mola, da mucho juego. Pero si, hay quien ni por esas...

Anonymous said...

pues n, yo soy más de antichaquetas y antitrajes... me va más ver a alguien vestiod en plan mod, o surferín, o grunge, o hippie... las chaquetas para mi empeoran al menos pintao y no mejoran a las grandes figuras que ya admiramos sin esas telas...

N said...

No me muevo mucho en ambientes de chaquetas, así que creo que cuando veo a alguien que normalmenten no la usa, interviene el factor "novedad". Si de eso se hace una costumbre y acompaña una gomina y unas marcas... veo volar gaviotas y no me ponen mucho.
Para el día a día, me gusta es el estilo propio. Y las camisetas.

Anonymous said...

Me he pasado del Ferrero Rocher al Mon cheri, que es más excitante. Y, aunque opto por la camiseta y un jersey gordo y calentico con unos vaqueros con el falso remangado y zapatillas desgastadas, es cierto, como dice N., que una chaqueta y un abrigo de paño, de vez en cuando, pone bastante!!! Digo yo, que también por la novedad, efectivamente.
Migue, sigue aprovechando esas oportunidades tan únicas, jeje!! para contarlas y reirnos todos un poco contigo.

Anonymous said...

oye, cuenta lo del incendio de camden town... que antes lo nombras antes se incendia... no me nombres en el blog, please!!!

El Cinéfilo Ignorante said...

El relato de Bobby tiene to´ la gracia y lo disfruto más que las reflexiones metafísicas del post anterior.

La corbata... Eso sí que es un misterio sobre el que reflexionar. Y los protocolos que parecen del pasado pero ¡cómo gustan las pelis y novelas históricas!

Te envidio, Bobby, por haberte metido en ese sarao.

Y te sugiero algún texto sobre las elecciones generales que nos amenazan. ¿Saben por la pérfida Albión que tenemos a un zetapé y al otro (aunque hay más)?

Sergio MB said...

pucha brother tu si que las gastas..... anda que los hay cutres por la vida!! anda que lo del nudo!!

Serg

Jesús said...

Déjame adivinar,

te echaste novia, ¿a que sí?

Bobby said...

Vale prometo post sobre el incendio de Camden: no me enviéis más correos!
Si vuelvo a ponerme corbata, también prometo fotillo del nudo.
Y no me he echado novia, no.