Tuesday, April 15, 2008

El club de la calle del trago

Para que mis lectores se reafirmen en la idea, del todo falsa, de que mi estancia en Londres es sólo asueto, relax y juerga... aquí va este post.

El jueves pasado entré, por primera vez, en un club londinense. No había que ir muy lejos para encontrar el 'Volstead': estaba junto a Picadilly Circus, en una bocacalle de Regent Street de nombre más que alegórico: Swallow Street, la calle del trago.

Londres es la ciudad de los clubes. Son lugares exclusivos, donde los visitantes deben estar inscritos en una lista de espera, previa reserva. Se suele exigir, además del pago de una considerable candidad por la entrada (salvo a las féminas, como siempre), un cierto grado de 'elegancia' o 'vestimenta'.

Y allí fuimos. Yen y yo, mi chino-compañero de piso, fiel amigo en este año, con nuestras chaquetas al estilo londoner. Habíamos quedado con un grupo de gente del que sólo conocíamos a una persona (la chica croupier). Las cosas de Londres: una china, una rusa, un chico de Arabia, tres españolas, y una chica de Manchester a la que no conseguí entender en toda la noche.

Era un sitio pequeño. Pista de baile con alcachofa de brillantes pegada al techo. Luces oscuras. Sin humo. Una pista de baile pequeña con un DJ bastante inspirado. Y alrededor, mesas con botellas de champagne, rodeadas por sofás de cuero negro. Había de todo: mujeres guapísimas con vestidos de gasa, al estilo de los últimos sesenta... rápidamente caí en la cuenta que, por qué no, este pudo ser uno de esos míticos clubs donde Mick Jagger, Keith Richards y, por qué no, alguno de los Beatles (quizá George, el más juerguista), desplegaban noches de desenfreno con chicas, drogas y mucho rock n' roll.

El rock había desaparecido. Pero supongo que seguían los bailes sexys, los restregones de calor y de pieles sin pedir nada a cambio. También las conversaciones a gritos, repetidas una y otra vez al no ser oidas. Y por supuesto, las peleas, típicas de este gran país donde me encuentro.

Fuimos de los últimos en abandonar el local. Nos tocó llevar a la chica china y a la chica de Manchester a casa o, mejor, a un taxi. Yo seguía sin entender nada de lo que me decía, mientras que las agarrábamos para que se mantuviesen en pie.

Además de para vivir una noche peculiar... la ocasión sirvió para algo. Comprendí por qué la mayoría de las mujeres inglesas no me atraen demasiado. Me arriesgo a volcar mis reflexiones en este blog, aún teniendo presente precedentes en que las mujeres que lo leen me asestaron severos correctivos. Por regla general, las mujeres inglesas, en estas noches, van vestidas para impresionar... demasiado; maquillajes que llegan hasta el cuello y se esconden tras las orejas; faldas tan cortas y escotadas que son más resultonas que atractivas; y unos tacones de punta fina que, todo sea dicho, no aciertan a manejar con demasiada naturalidad. A mi tercera cerveza en ese club caí en la cuenta que son tan exageradas en su vestir que bien podrían ser hombres.

La noche se cerró con esta reflexión. La mañana se abrió con otra: no volver a hacerlo. A las 9.00 estaba saliendo, ibuprofeno en boca y café en estómago, vía British Library. Ahora, desde la siempre calma West Norwood, espero vuestros comentarios.

4 comments:

Anonymous said...

Al comenzar a leerte he recordado las primeras horas de la noche en Granada 10, hace ya muchos años, el cine sentado en los sillones y una copa tranquila, pero renglón seguido te he visto en el pub de "la naranja metálica", humo, alcohol y broncas, jeje.

En cuanto a las mujeres, no hace falta que vengan a darte un cate, te lo doy yo, jeje, ¡¡¡ que van a parecerse a nosotros por ser "an exageradas en su vestir" !!!, vamos yo no se como te pondrás tu para salir, si te pintas y te pones plataformas, jeje, pero yo igual voy a un sitio que a otro, vamos que siempre me echan broncas por no ir de "forma adecuada" para cada ocasión, jeje.

Un saludo, anonimogr.

N said...

A mi me ha pasado un poco como a anonimogr, la descripción del sitio me ha molado. Luego la vestimenta de las tías, me ha incomodado: si yo me pongo un escote tan exagerado, enseño el ombligo y no se ha visto nada... si es que pudiera dar un paso con los tacones. Pero muy mal se tienen que arreglar para que diese lo mismo si fuesen tíos.
Supongo que si tú andases preocupado por tu imagen en la misma medida que las que se disfrazan, lo valorarías. Pero que se arreglen un poco o más, si que te atrae.

Jesús said...

Ser hombre por lo exagerado en el vestir, en fin... tipo drag queen se refiere usted. Claro. En fin, nunca fueron mi tipo las gentes inglesas.

Pero esa crónica tuya de la vida londinense hace de este blog mi blog favorito.

El Cinéfilo Ignorante said...

Mancunian accent? They say "oop north" and "the poob", and they also say "tarah" instead of "bye". I´m not surprised...