Friday, January 04, 2008

La verdad de lo absurdo


Las navidades son un tiempo extraño. Desde hace años, ese supuesto sentido familiar, de recogimiento, de mirada al pasado... confieso que me atormenta por los cuatro costados. Para colmo, eso de volver desde cualquier parte para reencontrarme con todo lo que he dejado por aquí y, en breve, volveré a abandonar... genera en mí un sentimiento de absurdo, de descolocación.

Este año, de nuevo en navidades, han vuelto por tierras andaluzas nuestros amigos noruegos. Morten, Olav, Gayr y Stola estuvieron por aquí. Con la excusa de pasar tiempo con ellos y de enseñarles nuevos sitios de Andalucía, hemos estado varios días por ahí. En ese tiempo, a veces lo absurdo se encontraba con lo absurdo... y todo, huyendo de unas navidades en las que quizá nadie de nosotros quería pensar, de las que queríamos escapar. Absurdo como un noruego que habla español e incluso conoce chistes de 'Chiquito de la Calzada'; absurdo como un noruego que, en un bar de Carcabuey, rompe el record del pueblo bebiendo del porrón y, al día siguiente, se pasa el día arrastrándose; absurdo como un noruego que encuentra el placer más eterno en una conversación profunda, en hablar de lo humano (y también de lo divino); absurdo como un noruego que es un miembro más de una familia cordobesa; y absurdo como un noruego que, en el momento de la despedida, nos enseña su cara más humana emocionándose porque nos echará de menos. Seguramente todo eso, y mucho más, es nuestro amigo Morten Eikeland. Sin duda, uno de los tipos más peculiares que he conocido.

Absurdos días, absurdos hombres y mujeres y, por qué no decirlo, absurdos sentimientos que acorralaron mis últimos días del año... y también los primeros. Después de todo, lo absurdo se empieza a convertir en lo más auténtico y preciado de mi vida. Como esta fotografía: tres noruegos, un cordobés afincado en Moscú y un accitano profesor de inglés posan, cual grupo de rock n' roll, al atardecer del día de los Inocentes, en el Castillo de La Mota de Alcalá la Real. Verdades absurdas que nos hacen escapar de la monotonía y que nos hacen sentir vivos.

7 comments:

Anonymous said...

las navidades son fechas extrañas para todos, dicen que hasta que no hay un crío en la familia no se vuelve a revivir lo de antes...

y el sentimiento de irte y volver... lo sigo teniendo, no se porque, pero siempre está ahí, incluso ahora que vivo aquí...

y el absurdo... el absurdo es uno de esos placeres que nos damos, y digo nos damos, porque el absurdo está en nuestra retina, en nuestra forma de observar, de prejuiciar... porque en el fondo de nosotros todos sabemos que lo más absurdo, el culmen, es nuestra propia existencia... y lo bonito de todo es saber que existen personas como Sísifo y que algunos días nosotros somos así... y otras orquestamos nuestro teatro del absurdo como Vian.

besos

Anonymous said...

Feliz año,

Bueno awen, eso es inexacto, no se vuelve a revivir, ellos viven "su" navidad y tu la tuya, aquellos tiempos no volverán, jeje, ahora hay que trabajar, jeje.

Recuerdas navidades de familia, vacaciones, peliculas, salidas a la calle con amigos-as, luces, comida, como se suele decir "magia", recuerdos maravillosos y añoranzas varias, pero ahora son otros tiempos, otra vida, es como cuando ves fotografías de hace 30 años, bueno o menos, jeje, y te ves allí, con el gorro y los guantes y te preguntas porqué una decisión y no otra, no se, es época de nostalgia, la navidad y el invierno en general, luego el sol y la calle hacen olvidar el pasado.

Pero es eso, desde una oficina se vive de manera distinta, ahora tu haces los regalos, tienes que pensar y tienes que salir, por cierto, jeje, ahora me voy de comprasssssssssssssssssss. (una pequeña faena, jeje).

Un saludo, Anonimogr.

PD. Migue y Awen, ¿habéis ido al Corte inglés o no?, como fué algo que prometisteis no hacer, jeje, pues yo si, y volveré,jeje, es imposible escaparse, jeje, y eso que yo "soy" del gremio que más sufre a las grandes superficies.

"Nos vemos en las trincheras", jeje, mejor dicho en las tiendas que hay que ver como están.

El Cinéfilo Ignorante said...

Lo más absurdo de todo es la Navidad, que uno empieza a vivir con indeferencia para acabar deseando su fin pasando por pequeños achaques de nostalgia.

Lo menos absurdo es sentirse cercano a alguien que vive a unos miles de kilómetros sea noruego o sudafricano.
¡Cuántas veces alguien de la puerta de al lado nos parece un alien (y con razón debido a sus gustos)!

Lo medianamente bueno de estas fechas son 1) los reencuentros buscados (como los tuyos, Bobby) y 2) la posiblidad de hacer balance y cambiar un poco de hábitos.

Feliz año nuevo, Mr Bobby.

Anonymous said...

Feliz año...

la verdad que cuando acabamos pensando que lo más normal de la vida es que es peculiar quizá debamos de ir asumiendo que en algún momento nos engañamos si pensamos que era de otra naturaleza.

Llamamos peculiar a lo que se separa de la vida tal y como la imaginamos o tal y como pensamos que debía de ser. No nos podían haber enseñado esto antes, en el colegio o algo así...?

Y lo de los sentimientos que te acorralaban, forman parte de lo peculiar que es cada cual... tantas veces traicionados por esos sentimientos que aparecen cuando la última vez que nos defraudaron juramos encerrarlos bajo 7 llaves.

Ay, Bobby no, que los traidores eran ellos.

Por cierto, Bobby no y bovino suenan igual, me quedo con Bobby sí

N said...

Yo hace tiempo que he normalizado el caos y lo absurdo, así que cuando la "normalidad" llegue a mi vida, va a ser toda una revolución.
Bobby, ya habrá una bobbyna que haga lo increible de la forma más normal. Tienes inteligencia de sobra para disfrutar de lo peculiar, superar lo absurdo y reinventar la Navidad, como harás con este año que comienza.

Anonymous said...

Quien se cuestiona, sufre. Mi rutina no es un paseo por las nubes si quiero darle un poco de vidilla; la rutina de las personas inquietas no suele ser "armoniosa", así que considero que el ritmo actual de tu vida responde a tu forma de ser, a tus intereses.
Supongo que te gusta cómo eres, así que amolda tu ritmo a tu naturaleza, y saborea el producto.

Carmina said...

Absurdo o paradójico??!!
No te olvides de Nick, eh??

Mierda de comentario, lo sé. Pero hay que volver poco a poco...