Wednesday, October 03, 2007

Crujidos en la mente


Él es un amigo. O quizá hace tiempo que ha dejado de serlo. Lo conocí en el colegio. Sin duda éramos diferentes: distintas inquietudes, incluso distintas formas de ver la vida. Pero la diversión, ser extrovertidos y saber adaptarnos a todo nos unía. Hasta que un día dejó de ser él. Cambió, algo en su mente crujió para siempre.

Hoy he estado con él. Está solo, todos hemos desaparecido. Incluso su familia, aunque ellos sí que siguen ahí, junto a él, más unidos que nunca, aunque él no lo sepa. Mientras que fumaba sin parar y casi ni atendía a la cerveza, me hablaba con odio, defenestrando a un mundo al que acusa de haber perdido el rumbo, de estar chalado. Yo lo escuchaba con atención: su propio lenguaje, la imprecisión con la que hablaba, era prueba de su enfermedad; también la violencia con la que lo hacía. Sus ojos no eran los suyos. Su sonrisa y su voz, tampoco: están torcidos para siempre.

He esperado al último momento para asomarme a su vida. Seguramente he podido hacerlo por la tranquilidad que da salir de Granada y ponerme a salvo. Y mientras, mi amigo, no comprende un mundo que cree que está contra él; lucha contra los fantasmas y los enemigos que más le quisieron; y uno de ellos pronto toma un avión hacia Londres, con un sentido de culpabilidad y de impotencia que no le abandonará jamás.

6 comments:

Jesús said...

Te vas y no te vi el pelo. Y eso que estoy de Rodríguez esta semana.

Bobby said...

TEngo un agobio que me muero. Me largo mañana, no tengo ni la maleta hecha, ni me he mudado, ni he resuelto la burocracia... un desastre.

N said...

Los "siempre" y los "jamas" son más finitos de lo que parecen. Tu amigo puede volver y tu sentimiento de culpabilidad, desaparecer.
La mente es un misterio: fuerte, resistente y frágil como el cristal. Pero he (hemos) visto gente que ha visitado el abismo y ha vuelto. Tranquilo, Londres no está tan lejos ni de aquí ni de tu amigo.

Jesús said...

En Londres además puedes estar más cerca de determinadas personas que ahora mismo. Ya verás.

Anonymous said...

Migue,

No te sientas demasiado culpable. Todos tenemos fantasmas en el armario. Además, tu billete es de ida y vuelta.

Muchos besos y mucha suerte

Inés

Anonymous said...

No está en nuestra mano volver en el tiempo y aunque pudiéramos dudo que fuéramos capaces de cambiar, pues entonces dejaríamos de ser nosotros, no está en nuestra mano evitar que alguien cambie y ser testigo de su transformación.
Tenemos la suerte y la desgracia de observar la fragilidad del ser humano, y a la vez su fortaleza y coraje, tenemos la suerte de poder dar nuestro tiempo para compartir con quien queremos e intentar comprender, permitidme recordar García Marquez (creo):
"Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar su pasado y pagarlo con el presente"
Así que Migue, quítate ese sentimiento de culpa, tu le quieres y eso es lo que importa, lo que el sienta o diga no está en tu mano cambiarlo, buen viaje. Quien sabe, quizá nos conozcamos en Londres.
Desde el jardín de la estupidez, un afectuoso saludo.
Schöne Reise!!!
Abejorroncho